Unos sicarios dan plomo a uno de los destacados -bueno o malo, será la historia quien lo juzgue- que ha tenido Guatemala. El atentado se produce la misma noche en que el mandatario rinde cuenta de lo alcanzado en su viaje a tierras de la caipirinha y del buen futbol. Viaje que, al final, y después de tantos dimes y diretes, resultó siendo gratuito. El gobierno «que no se condiciona a nada» no tuvo que desembolsar los 30 mil dólares que habrían anticipado sus voceros como paga a la renta de la aeronave.
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El viaje a tierras sudamericanas resultó siendo apadrinado por la empresa Tomza, la generosa distribuidora de gas que ya hizo una donación de 400 estufas a la Primera Dama.
Pero, el Presidente salió a defender su bandera de «no pagar favores», cuando los inquisitivos periodistas le preguntaban si ese «favor» significaría preferencias para la empresa o algún cargo dentro de su estructura.
Fue firme en negar tal cosa. Misma firmeza con la que hizo el nombramiento de Roberto Dalton, de la empresa Disagro, como la persona idónea para manejar el Programa Nacional de Desarrollo Rural. Por casualidad, la asignación de las funciones de Dalton se dieron semanas después que éste, no sólo le prestara un avión para su viaje a República Dominicana, sino acompañara al mandatario en ese periplo. ¿Extraño no? El principal productor de fertilizantes del país, manejará un programa en el que los fertilizantes forman parte del paquete.
Si sigue con esa dinámica, y si las personas que se han acercado para ofrecerle «sin ningún compromiso» sus favores, resulten luego ad honórem en algún cargo dentro de su gobierno.
Esta semana ha sido agitada. Sin duda alguna. Pero dentro de todas las noticias malas, también se dieron una que vale la pena hacer mención, por la esperanza que despierta, y se trata de la ley contra el feminicidio. Esta busca endurecer el sistema de justicia en torno a un tema que ha dejado miles de cruces en las familias guatemaltecas.
El lunes cumple la actual administración, ya cuatro meses. Le faltan 44. Tiempo necesario para que se vayan enderezando el camino, pues la tal mencionada «esperanza» aún no ha llegado a todos los guatemaltecos, quienes se comienzan a autocuestionar su razonamiento de voto que tuvieron en las elecciones del año pasado.