Condenan a ex funcionario


El ex jefe del Partido Comunista (PC) de Shanghai, Chen Liangyu, fue condenado hoy por la justicia china a 18 años de prisión y se convirtió en el funcionario chino de mayor jerarquí­a inculpado de corrupción en más de una década.


Chen, de 61 años, juzgado por un tribunal de Tianjin (norte), fue declarado culpable de aceptar sobornos y de abuso de poder, indicó la agencia oficial China Nueva.

El ex hombre fuerte de la capital económica de China se vio implicado en un escándalo que conmocionó la vida polí­tica al ser denunciado a mediados de 2006 del desví­o de cientos de millones de dólares del fondo de pensiones de Shanghai.

El mes pasado, la Oficina de Auditorí­a del Estado reveló cifras que estiman el monto del dinero robado en 33.900 millones de yuanes (unos 4.800 millones de dólares), diez veces más que la evaluación original de 480 millones de dólares.

El Estado ya condenó a unos veinte funcionarios y empresarios involucrados en el robo de fondos de pensión, incluyendo una condena a muerte en suspenso y varias sentencias a cadena perpetua.

Chen habí­a sido acusado de abuso de poder en relación con el escándalo del fondo de pensiones, así­ como de aceptar 2,39 millones de yuanes (unos 342.000 dólares), parte de los cuales fueron entregados a su esposa e hijo, según informaciones anteriores de la prensa.

Durante su proceso, que duró un dí­a, Chen reconoció ser «parcialmente responsable» de la malversación, pero no admitió su culpabilidad, de acuerdo con la prensa oficial.

Chen fue acusado de corrupción en 2006, cuando era miembro del Buró Polí­tico del Partido Comunista, integrado por unos 20 de los polí­ticos más poderosos de China.

Se trata del escándalo de mayor envergadura polí­tica desde el que en 1995 provocó la caí­da del alcalde de Pekí­n, Chen Xitong, sentenciado a 16 años de cárcel.

Entre otros casos recientes, resalta el de Zheng Xiaoyu, ex ministro de Alimentación y Medicamentos, condenado a muerte y ejecutado en julio pasado.

En octubre pasado, durante el 17º Congreso del PC, el jefe del PC y presidente chino, Hu Jintao, denunció «la corrupción» y el «descuido» de cuadros dirigentes y llamó a una lucha más enérgica contra estos fenómenos que amenazan «la supervivencia del Partido».

Hu convirtió a la lucha contra la deshonestidad de los jerarcas en uno de sus caballos de batalla, un tema popular en una población encolerizada por el aumento de las desigualdades sociales.

Como otros dirigentes que lo precedieron, Hu prometió erradicar la corrupción en la jerarquí­a comunista, aunque el soborno sigue siendo un problema grave dentro del partido y en la sociedad en general.

Según analistas, con el caso de Chen Liangyu, Hu Jintao también logró desembarazarse de un rival polí­tico que pertenecí­a al «clan de Shanghai».

El ex secretario general del PC de Shanghai era presentado como un allegado del ex presidente Jiang Zemin, predecesor de Hu Jintao.

«El caso de Chen tiene mayor significado polí­tico que judicial. Con él, el clan de Shanghai casi ha desaparecido», opinó Wong Yiu-Chung, profesor de la Universidad Lingan de Hong Kong.