Contaminación amenaza al Partenón


El director de la Acrópolis de Atenas, uno de los lugares más visitados del mundo, abandera una intensa campaña para que las últimas esculturas antiguas expuestas en el templo del Partenón sean retiradas antes de que la contaminación acabe por degradarlas irremediablemente.


«Quedan 17 metopas (placas esculpidas) del friso dórico. Hay que protegerlas puesto que ya no soportan las condiciones atmosféricas», afirma a la AFP Alexandros Mantis, que reclama su traslado al nuevo museo ubicado a los pies de la Acrópolis.

El debate salió a colación esta semana durante una reunión del Consejo Superior de Arqueologí­a (KAS) sobre el reemplazo el año pasado de seis metopas por copias. Mantis defendió en esa ocasión el futuro de las otras esculturas y sugirió igualmente su sustitución por réplicas.

Pero esta medida, que dejarí­a al Partenón desprovisto de sus últimas esculturas originales, no sólo tiene partidarios.

«Antes que nada, hay que llevar a cabo los estudios necesarios y después convocar una conferencia internacional para tomar una decisión», afirmó a la AFP la responsable del servicio de restauración de la Acrópolis, Maira Ioannidou.

La misma posición prudente defiende el departamento de restauraciones de monumentos antiguos, dependiente del ministerio de Cultura.

Pero para el director de la Acrópolis, hay que actuar sin demora: «Debemos conservar nuestro patrimonio a toda costa», insiste.

Mantis recuerda que los británicos reprochan a los griegos el hecho de dejar sus tesoros a merced de la contaminación, un argumento que, según este responsable, Londres utiliza para evitar devolver los famosos mármoles del Partenón, arrancados en el siglo XIX por el embajador británico de la época.

Este responsable explica que 14 de las metopas de la fachada occidental están «en un estado lamentable» así­ como otras dos de la parte norte, una de ellas conocida como «La Anunciación», dejada intacta por los cristianos al haber estimado que representaba el anuncio revelado a la Virgen Marí­a.

La última metopa original se encuentra en la fachada sur y representa una escena de combate entre centauros y lapitas.

«Todas estas esculturas deben ser salvaguardadas frente a la degradación de las condiciones atmosféricas», estima Mantis.

Los restauradores griegos trabajan desde hace 30 años en el reemplazo de las estatuas y esculturas expuestas a la contaminación en la Acrópolis, entre ellas las famosas Cariátides, sustituidas en 1979 por copias.

Hace 2.500 años, 92 metopas decoraban el friso dórico. Hoy en dí­a, la mayorí­a han sido mutiladas o son irreconocibles.

La Acrópolis, que reagrupa los templos del Partenón, Atenea Niké, Erecteión y Propileo, fue erigida en el siglo V antes de JC, en la edad de oro de la democracia ateniense, bajo el mandato del gran dirigente Pericles.