De día, noche o madrugada, en la ciudad o en el campo, en cualquier momento el guatemalteco se puede hallar frente a la violencia. Afuera o dentro de las viviendas, el delincuente ha demostrado que puede apremiar la vida y vulnerar el derecho a la propiedad privada. Para ojos y oídos de la opinión pública esto ya es rutina.
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La muestra está dada, batallas campales del crimen organizado, indocumentados en el país, magnicidios, muerte extrajudicial, violación de derechos a menores, feminicidios a granel y atentados contra la vida son noticias escritas o procesadas de forma audiovisual para difundir a nivel nacional e internacional.
En apenas un trimestre del actual gobierno los ciudadanos en la calle dicen estar atemorizados y decepcionados por falta de castigo civil y penal a responsables, por ejemplo, del accidente masivo en El Chilero, elevados precios en la canasta básica mínima y vital, alto costo de la harina y consecuente encarecimiento del pan popular, energía eléctrica servicio de lujo, problemas de tierra para campesinos, incrementos al precio del pollo y más, frente a salarios fuera de la realidad.
Los sectores más desposeídos de riqueza material engrosan estadísticas del crimen y sus consecuencias. Claman por servicios básicos pero sus gritos se pierden en la inmensidad del Estado.
Eleonora Muralles, Coordinadora de Familiares y Amigos Contra la Delincuencia y el Secuestro analiza que «los actos delictivos vienen en aumento. Después del gobierno de Arzú, con Portilllo se tomaron acciones negativas que permitieron fortalecer las estructuras que ocasionaron violencia y debilitaron las instituciones. Berger trató de fortalecer ese campo pero no tomó acciones radicales para detener al crimen organizado».
«Ahora con Colom, es muy pronto decir si es responsable, pero sí se nota la debilidad en su equipo de trabajo para afrontar el crimen». «Se manifiesta, porque no se ven señales sobre el rumbo que va a tomar, se hacen operativos como el «Plan Cuadrante», pero se siente que son acciones aisladas y no integrales», agrega.
Tema tierra
«El problema de la tierra es un tema caliente que se ha complicado por órdenes de captura y desalojos. El otro contratiempo es la inseguridad que afecta al país, ya que con la violencia dominando en general, se olvidan de la exigencia de tierras», considera Carlos Morales, dirigente de la Unión Verapacense de organizaciones Campesinas (Uvoc).
«Yo creo que podrían ser distractores para opacar las exigencias del movimiento campesino. Son más de mil conflictos agrarios en las verapaces, Petén e Izabal por recuperación, legalización y tierras nacionales que manejan organizaciones gubernamentales», indica.
No se ha visto claro con las mesas de diálogo y la violencia ha podido mantener silenciado el tema, porque tratan de intimidar, un caso es el reciente asesinato de Mario Caal Bolom en Lívingston, afirma.
Dice que preocupa la destrucción de bosques por empresas madereras, hay dos aserraderos en la parte de Lívingston, Izabal. El monocultivo de caña de azúcar y palma africana también ha desplazado de la cuenca del Polochic a más de 6 mil familias de 68 comunidades, donde las tierras baldías y del Estado ayer, ahora están en manos de empresas privadas, asegura.
Situación ingobernable
El activista del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), Mario Polanco considera que el pueblo entró en crisis con el incremento desmedido de la canasta básica familiar, pero la violencia es superior porque este gobierno no tiene un plan y sólo improvisan. «Presumían con un plan de gobierno de 15 mil paginas, pero no vemos que la seguridad sea prioridad y tampoco hay acceso a los servicios básicos y la población se ve orillada a delinquir» enfatiza.
La violencia no es una pantalla para esconder la grave situación del guatemalteco. Un crimen esconde a otro más grave. Es tan fuerte la inseguridad y se vuelve tan común que tengo miedo que por la fuerte crisis caigamos en la ingobernabilidad» destaca.
Es tan grave que 29 pilotos fueron asesinados en 2007 y sólo entre enero y febrero 2008 ya murieron 53. Esos resultados negativos son mucha improvisación e incapacidad para manejar la seguridad que también incluye el incremento de precios, reitera.
Una sección de las prioridades ofrecidas en el programa de gobierno de la UNE menciona: seguridad y orden, crear un Consejo Asesor de Seguridad, fundar el Instituto Nacional de Investigación Criminal, modernizar el sistema penitenciario y migración, algo sobre distritos policíacos y descentralización de la seguridad pública y varios referentes al elemento humano que actúa como policía entre ellos, reactivación y reorientación del programa Policía de Barrio y Comunitario.
Para finalizar basta escuchar o leer la opinión del mandatario, ílvaro Colom que la violencia que se vive es una reacción del crimen organizado a los golpes recibidos y que en los meses por venir, los grupos hostiles podrían generar más hechos de violencia.