De acuerdo con el gobierno, el empresario Roberto Dalton es la persona más indicada para manejar el Programa Nacional de Desarrollo Rural y en sus primeras declaraciones a la prensa el funcionario dijo que no está de acuerdo con las políticas que se han seguido para la compra de fertilizantes porque «el intervencionismo del Estado distorsiona los precios de mercado». Primero deberemos decir que si el señor Dalton es el más indicado para el puesto, grave error de Colom haber viajado en un avión de la empresa propiedad del ahora funcionario «ad honórem», puesto que siempre quedará la duda y sobre la figura del empresario pesará la sombra del favor recibido.
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Pero también ahora, con el señor Dalton a cargo del Programa Nacional de Desarrollo Rural y con su criterio expreso sobre el tema de los fertilizantes, es de suponer que la empresa de su propiedad se excusará de participar en cualquier licitación que haga el Gobierno para la compra de esos productos porque de lo contrario siempre habrá razones para suspicacia. Bien decían los romanos que la mujer del César no sólo debía ser honrada sino además tenía que aparentarlo, puesto que hay circunstancias en la vida que ponen a dudar a cualquiera, por mucha que sea la fe y el deseo de creer.
Si luego del viaje en el avión de La Mariposa se nombró para un importante puesto también ad honórem a uno de los ejecutivos de la empresa y ahora sucede lo mismo con el señor Dalton de Disagro, habría que esperar que en poco tiempo resulte un personero del grupo de gas propano Tomza asumiendo funciones ad honórem para coordinar un plan de desarrollo energético. Y por supuesto que se dirá que es por el conocimiento de la materia y no por intereses que pueda tener en el asunto.
Si el ingeniero Colom tenía la intención de pedir la ayuda, porque no es una contratación en el sentido literal, de esos empresarios para que le asistan en el diseño de políticas que serán ejecutadas por los Ministerios respectivos, hubiera sido más sensato y prudente no utilizar las naves de quienes con el tiempo terminarían ocupando cargos en los que no devengarán ni un centavo de sueldo, pero cuya influencia y poder de decisión son elementos sumamente valiosos desde todo punto de vista y en el más amplio sentido de la palabra. No hay un ministro que pueda decirle que no a lo que disponga uno de estos funcionarios que de manera desinteresada han abandonado sus trabajos cotidianos para aportarle al país su experiencia y conocimiento.
Pero así como fue desafortunada la decisión de viajar en el avión de Disagro, resulta ahora la primera declaración del señor Dalton respecto a lo que significan las licitaciones para la compra de fertilizantes porque con ello deja claro que es su intención que para promover el desarrollo rural en el país, se disponga aplicar precios de mercado a los fertilizantes, lo que no puede entenderse como el anuncio de una reducción del precio porque ello significaría que hasta ahora los han sobrevalorado. En otras palabras, la tesis es que los precios de los fertilizantes suban en las licitaciones públicas para adecuarlos a precios de mercado.
Debe entender el Presidente que la población tiene sus propios criterios y saca sus conclusiones. Si alguien presta un avión y luego resulta a cargo del diseño de toda la política nacional en el ramo de sus intereses comerciales y empresariales, nadie dudará del trasfondo del asunto. No quiere decir que de no haber usado el avión todo sería transparente y que el pecado mayor es ese «favor» recibido, sino simplemente que eso dejó todo absolutamente claro y explícito. Por ello digo, si Dalton era el más adecuado para ese cargo, usar su avión fue una soberana babosada.