Somos lo que hacemos, no lo que pensamos, ni lo que decimos.
Anónimo
Tema de la celebración del Día de los Pueblos Indígenas instituido por la ONU en 1994.
Quienes constituyen el 5% de la población mundial; 370 millones de personas de cinco mil grupos diferentes en 90 países. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió “adoptar medidas concretas para afrontar la marginación, pobreza extrema, pérdida de tierras y recursos que sufren estas comunidadesâ€. Amenazadas por la violencia, debido a ataques externos, como ocurrió de parte de la guerrilla durante el enfrentamiento armado en nuestro país, “esclavitud por deudas, lo que vemos en la actualidad ante una falta de decisión del gobierno de ayudar “al rostro mayaâ€, racismo; robo de tierras… “La comunidad internacional debe hacer un mayor esfuerzo por reconocer el derecho de los indígenas a controlar su propiedad intelectual y ayudar a desarrollar su patrimonio cultural y conocimientos tradicionales, lo cual redundará en beneficio de todosâ€, aseguró Ban Ki-moon. La ONU apoya proyectos de desarrollo integral tendientes a mejorar las condiciones de vida de estas personas y su integración “en una sociedad que les rechaza y no respeta ni el espíritu ni el patrimonio de sus comunidadesâ€, por lo que cada vez más los jóvenes en nuestro país, herederos de la tradición ancestral de estos pueblos, buscan desligarse de su cultura, renegando de ella y adoptado formas de vida que no les pertenecen, víctimas de la opresión y tratamiento que reciben por ser indígenas sin que las autoridades hagan frente a la raíz del problema, la falta de educación, atención y respeto a su cultura. Al saludar a los pueblos en Guatemala la ONU hizo un llamado a los líderes que resulten electos para cargos públicos, a respetar y garantizar el pleno ejercicio de los derechos humanos de los pueblos maya, garífuna y xinca. E instó al Estado a reconocer el aporte vital de dichos pueblos en la construcción de un país diverso e incluyente, y a dar respuestas a las reivindicaciones políticas, sociales, económicas y culturales que conduzcan al disfrute de los derechos individuales y colectivos de los pueblos indígenas. No basta proclamarse “rostro maya “y continuar utilizando a los pueblos en beneficio personal como se hizo durante el enfrentamiento armado, es preciso accionar a favor de su desarrollo. Evitar sus protestas cada seis meses brindándoles verdaderas soluciones a sus conflictos; no mesas de negociaciones, que nunca llegan.