El ajedrez político ha obligado a los bloques mayoritarios a consultar a las bancadas pequeñas antes de dar un paso. La alianza parlamentaria que tuviera lugar hace algunas semanas ha surtido efecto, consideran los legisladores de Encuentro por Guatemala, URNG, PAN y la Bancada Guatemala.
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«Nos consultamos siempre y votamos conjuntamente», asegura Nineth Montenegro, quien describe, en pocas palabras, la mecánica de trabajo y ve con buenos ojos que ahora las bancadas mayoritarias se vean obligadas a tomarlas en cuenta, al momento de la búsqueda de consensos.
Para Rubén Darío Morales, del Partido de Avanzada Nacional y promotor de la alianza, las bancadas UNE, Patriotas y Gana, «se han dado cuenta que para darle gobernabilidad al Congreso, deben cabildear con grupos pequeños, porque en muchas ocasiones no reúnen ni los 80 votos», dijo, mientras toma como ejemplo una reunión que los legisladores tendrán hoy por la tarde, para discutir el incremento a las pensiones de las clases pasivas y civiles del Estado.
Menos optimista, Héctor Nuila, de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, considera que las consultas de los grandes bloques hacia ellos se han visto motivadas por la coyuntura, y reconoce que no en todas las ocasiones han coincidido los intereses.
Al mismo tiempo los legisladores que integran los bloques menos numerosos señalan que la alianza existente, entre el partido oficial y el Partido Patriota, es frágil, debido a que ambos tienen aspiraciones políticas que ventilan durante las próximas elecciones. Son contrincantes natos, expresaron, mientras recomendaban tener una visión integral por el bien del país.
La alianza parlamentaria surge con la aprobación de los préstamos que el organismo Ejecutivo gestionó para financiar el presupuesto de la nación, poco tiempo después que Gana, UNE y PP decidieran unir fuerzas. El voto de los bloques pequeños fue determinante al momento de elegir los magistrados al Tribunal Supremo Electoral, donde protagonizaron un pulso con las grandes fuerzas.