El sacerdote jesuita Ricardo Falla es un antropólogo ampliamente conocido y respetado, autor de numerosos ensayos y libros de investigación social, entre los cuales Quiché Rebelde, Masacres de la Selva y Una Guerra sin Batallas, que a la vez que han sido objeto de polémicas, han servido como instrumentos para contribuir a esclarecer crímenes cometidos por gobiernos militares contra la población indígena durante la guerra interna.
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Ahora, el religioso y científico nos provoca una agradable sorpresa con su libro «Alicia. Explorando la identidad de una joven maya, Ixcán, Guatemala», puesto que, como se lee en la presentación de la obra, es el primero de una serie de estudios sobre el tema de los jóvenes y su identidad hoy en nuestro país, deviniendo en la puerta de entrada al entendimiento y la discusión de esos aspectos de la persona en sociedad, que en ocasiones se tornan difíciles y abstractos cuando se cuestiona qué es la identidad, qué es la juventud, qué es ser un joven maya hoy -en la era de la globalización-, qué es ser mujer maya.
Intento de reseña
Como lo he dicho más de una vez, no soy crítico literario sino que apenas intento hacer reseñas de libros, y de ahí que muchas veces me debo atener a las textos introductorios, y de esa cuenta señalo que, de acuerdo con el preámbulo, Alicia es una propuesta novedosa de su autor nos pone de nuevo en contacto con la historia personal del sujeto, y al hacerlo, se deduce que tal historia refleja la historia social, puesto que esta vez habla directamente a los y las jóvenes (algunos de los cuales son protagonistas de la historia que nos cuenta), en ocasiones en primera persona, como el jabalí de pelo blanco, y, en otras, como mujer. Con esto, la lectura, que no es formalmente académica, se vuelve un deleite que nos acerca al rigor y la profundidad que al principio ni se sospecha.
La exploración de la identidad es, al mismo tiempo, una exploración de la vigencia de lo maya hoy. El paralelo entre Alicia, la protagonista de la vida real en Ixcán, e Ixkik», la protagonista del mito cosmogónico del Popol Vuh, que Falla nos presenta de súbito en la introducción, y nos ubica rápidamente y de manera simultánea en el tiempo real y en el tiempo mítico, a la vez que nos provee de elementos del segundo, para situarnos en el primero.
Pero Alicia resulta ser también la narración de la vida especial de una joven maya que vive entre nosotros, y cuya historia plantea preguntas a otros y otras jóvenes.
Al mismo tiempo, esa vigencia de lo maya hoy no se entiende como unívoca, inmutable o única -advierte la presentación-, puesto que, en realidad, el autor nos muestra a través de la vida misma de Alicia, que la identidad es un fenómeno múltiple, que puede verse como negatividad y que es de naturaleza estratégica.
Situado en la realidad de la globalización y haciéndose preguntas sobre el cambio cultural, el libro deja las puertas abiertas para barruntar el futuro y para profundizar alrededor de las diversas identidades que va construyendo la juventud maya del presente.
En palabras del autor
El propio sacerdote Falla se encarga de plantear la introducción de la obra, al precisar que la historia de la joven Ixkik» es muy conocida, en virtud de que es personaje central en el libro sagrado de los Maya-Quichés, porque ella es la madre de los dos jóvenes que derrotaron el Reino del Miedo, Xibalbá.
Quedó embarazada por la saliva mágica de otro héroe que había perecido en la guerra contra Xibalbá. Su calavera, en forma de jícara, le habló y le escupió en la mano, y ella quedó embarazada.
Sin embargo -precisa el antropólogo-, su padre nada supo de esto, y no se vino a dar cuenta de que algo anormal sucedía, hasta cuando su hija comenzó a engordar.
Entonces le pregunta quién es el padre de la criatura que lleva en su vientre, porque teme lo que murmurarán en su pueblo, puesto que el padre de Ixkik» es una autoridad. Pero lo que más le provoca temor es que el padre de la criatura sea un enemigo de Xibalbá.
Ella niega la verdad a su padre, pero él decide, en unión con las otras autoridades del Pueblo del Miedo, matar a la joven. Encargan esta tarea a cuatro alguaciles, que son cuatro tecolotes. Pero no la han de sacrificar delante de las autoridades, porque «matar es algo feo». Lo deben hacer lejos. Entonces los tecolotes levantan en el aire con sus garras a la joven y la llevan a una gran distancia.
Pero ella tiene un encanto especial y una palabra conmovedora….Y es aquí cuando se desencadena la historia.
Créditos
La obra «Alicia. Explorando la identidad de una joven maya, Ixcán, Guatemala, es una publicación realizada conjuntamente por la Universidad de San Carlos y la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala -Avancso-, que es una institución privada, no lucrativa, cuya misión radica en contribuir, por medio de su Instituto de Investigación, al entendimiento de la problemática más significativa del proceso social guatemalteco.
El libro responde a los objetivos de Avancso, en lo que respecta a ofrecer un espacio para la publicación de trabajos de alta calidad que no han sido realizados dentro del mismo Instituto, pero que complementan su agenda de investigación.
La obra fue impresa y publicada por la Editorial Universitaria