La CIA, la Guerra Frí­a, los Proyectos de Desarrollo y los intereses norteamericanos en Guatemala


Las expropiaciones de la United Fruit Co. colaboraron en buena parte a decidir la intervención de los Estados Unidos motivada principalmente por el hecho de que el Gobierno del Coronel Arbenz se colocó dentro de la confrontación de la Guerra Frí­a al lado de la Unión Soviética.

Mario Castejón

En la concesión de la UFCO en el área del Caribe se habí­an expropiado 173 mil acres que sumados a 234 mil en Tiquisate hací­an más de 400mil. (1 Manzana = 1.68 acres, 1 acre = 0.595 de Manzana). Lo que equivalí­a a una séptima parte de la tierra arable de Guatemala, se habí­a expropiado un 73% de la tierra de la UFCO.

Tiempo atrás, el 6 de mayo de 1948 Milton K. Wells, Primer Secretario de la Embajada de los Estados Unidos en Guatemala, envió al Secretario de Estado, George Marshall, un informe de 28 páginas titulado «Comunismo en Guatemala. El informe sirvió a Edward Berneys y Thomas Corcoran, relacionistas de la UFCO, para montar la campaña de opinión pública que fue trascendental para la caí­da del Gobierno de Arbenz. La promulgación del Decreto 900, cuatro años más tarde y su ejecución plagada de irregularidades y abusos vino a ser una infortunada decisión al tocar el tema de la tierra, un tema siempre sensible que deberí­a haberse abordado por etapas y dentro de otro marco jurí­dico. Todo lo que sucedí­a en Guatemala llegaba con prioridad a la mesa de trabajo de Eisenhower electo por una gran mayorí­a de estadounidenses con apoyo bipartidario, que veí­an en él un lí­der probado dispuesto a enfrentar a la Unión Soviética.

En relación a los lí­deres comunistas de Guatemala, la opinión de que la UFCO fue la causa de la caí­da de Arbenz, no ha sido compartida. José Manuel Fortuny, uno de los más conspicuos dirigentes del Partido Comunista lo expuso claramente y así­ lo menciona uno de sus biógrafos. Dijo Fortuny: «lo que estaba en juego en Guatemala era mucho más que las propiedades de una compañí­a, era el control de un paí­s estratégico situado en la lucha por la hegemoní­a mundial… así­ que lo que determinó la caí­da de Arbenz en mi criterio no fue la expropiación de la Frutera. Cuando Arbenz no cedió en defensa de su polí­tica, entonces le dieron mano libre a la UFCO para que ésta en complicidad con la CIA organizara finalmente esa intervención militar».

Siguiendo con la suma de hechos, en noviembre de 1950 un mes antes de electo Arbenz, el Jefe de la Estación de la CIA en Guatemala, Collins Almond aprobó un documento de 112 páginas titulado «Guatemala: Influencia Comunista» divulgado por la Oficina de Inteligencia del Departamento de Estado. Spruille Braden, Secretario Asistente de Truman, dictó una celebrada conferencia en Darmouth Collage, «La amenaza comunista en las Américas» y señaló a Guatemala por no prohibir un film en que se acusaba a Estados Unidos de prácticas inhumanas en Corea rechazando cualquier participación en el mismo. También John Moors Cabot, Secretario Asistente para Latinoamérica se refirió indignado a una publicación en el Diario Oficial de Guatemala en relación al tema de la guerra bacteriológica en Corea.

Las conexiones entre la UFCO y la Casa Blanca bajo Eisenhower eran numerosas, principiando por los hermanos Dulles, uno Jefe de la Diplomacia y el otro de la Agencia Central de Inteligencia; John M. Cabot, Secretario Asistente para Asuntos Interamericanos era Accionista de la UFCO; el Secretario de Comercio, Sinclair Weeks, era Director del Banco Adjunto de la UFCO; el General Robert Cutler, Asistente del Presidente era miembro del Directorio de la UFCO; el Comisionado John Mc Cloy, amigo personal de Eisenhower, también era Director de la UFCO; la señora Ann Whitman, Secretaria personal del Presidente habí­a sido esposa del Emb Robert Hill, Director de la UFCO y Vicepresidente de Grace y Cí­a.

La decisión de intervenir resultó de una reunión de alto nivel sostenida una tarde a principios de agosto de 1953 por el Presidente con los hermanos Dulles, incluyendo a Elizabeth Lansing Dulles, hermana de éstos y persona de reconocida confianza de la Casa Blanca y del Departamento de Estado. El Secretario Asistente Cabot expresó al General Walter Bedell Smith, ojos y oí­dos de Eisenhower, que un golpe contra el Gobierno de Arbenz era la única solución a esas alturas. Bedell Smith, asistente y confidente de Eisenhower, durante la II Guerra Mundial era Subsecretario de Estado y habí­a sido Director de la CIA. Eso fue antes de la Reunión de Caracas en donde se esperaba contar con el voto de la mayorí­a de paí­ses latinoamericanos para presentar un frente común ante la amenaza comunista, todos con excepción de Argentina y México que se abstuvieron votaron a favor de la posición de Estados Unidos.

La compra bajo secreto de armas a Checoslovaquia traí­das por el barco sueco Alfhem vino a poner las cosas más difí­ciles, a precipitar los acontecimientos y dar protagonismo a un personaje clave: el Embajador John E. Peurifoy. La Reunión de Caracas se vio debilitada ante la denuncia confirmada que el Gobierno se estaba proveyendo de armas a través de un satélite de la Unión Soviética. (Continuará)