Dicen que a cierta edad algunas personas se «quitan la máscara», y plasman lo que realmente piensan en artículos o autobiografías; dejando a un lado su pose de revolucionarios consecuentes y el papel de académicos progresistas. Según Kafka, «el arte de escribir es el arte de suprimir», para editar o redactar, pero la memoria histórica debe basarse en hechos reales, eventos concretos que tengan datos verificables, comprobables. Poseer fenómenos perceptibles y en el que una serie de experiencias sean comunes para diferentes personas, testigos o interactuantes.
Debe existir la posibilidad de comparar experiencias sobre los hechos de una manera objetiva. Escribo esto de manera fría después de superar la indignación a lo escrito por Edelberto Torres Rivas, en referencia a Cuba. Asumo que lo escribió, poseído por el espíritu de Berkeley, quien preceptuaba que el mundo de los hechos y objetos reales es inexistente, pues «sólo existen percepciones mentales subjetivas que derivan de nuestra invención particular».
Lo que no sé calificar, es la «osadía» de tratar despectivamente al Dr. José Ramón Machado Ventura, actual primer Vicepresidenta de Cuba; aunque calificarlo de senil no es tan peyorativo, pues nos «lleva» dos años -nació en 1930-, tanto Edelberto como yo, nacimos en 1932. En lo que sí nos lleva una gran ventaja es en su trayectoria, pues mientras el Dr. Machado participaba activamente contra la dictadura batistiana a través de la FEU (Federación estudiantil universitaria) y al graduarse de médico incorporarse al Movimiento 26 de Julio y acompañar al Dr. Fidel Castro en el asalto al Cuartel Moncada, en 1953 en Guatemala nos conocíamos con Edelberto en Alianza de la Juventud Democrática.
El Dr. Machado combatía en la Sierra Maestra, primero bajo el comando del Dr. Guevara (el Che) -columna número 4- y luego en la columna No. 1 con el Dr. Fidel Castro, y en 1958 bajo las órdenes del Gral. Raúl Castro; ganando meritoriamente sus ascensos, como Capitán organizó el Depto. de Sanidad Militar del Ejército Rebelde, creando los Dispensarios y Hospitales Médico-Quirúrgicos de campaña;- yo en la Argentina preso, en el exilio… luego incorporándome a la clandestinidad, a la lucha revolucionaria en Guatemala y ¿Edelberto? – en Chile estudiando en Flacso, doctorándose en Essex, England, en la Unam como académico y el CSUCA, Costa Rica.
Al triunfo de la Revolución en 1959, el Dr. Machado se desempeñó como:
Asistente del Presidente, jefe de los servicios médicos de La Habana y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Ministro de Salud (1960-1967), miembro del Consejo de Estado desde 1967, primer Vicepresidente de Cuba en la actualidad.
Edelberto, para su tranquilidad le recuerdo que sus sobrinos Ivo y Edelberto salieron de Cuba… como «expresión de su libertad» y no presos como debió ser por el delito de especulación de divisas en el mercado negro, que para mi entender era una clara traición al Pueblo, país y sistema que les dio comida, casa, salud y educación superior (son doctores en cibernética), en una época tan difícil y catastrófica económicamente hablando en la que cometieron el ilícito. Para terminar le pregunto, ¿su hermana Myrna, ya devolvió la casa que el estado cubano le proveyó en La Habana?,- en deferencia a su padre don Edelberto Torres Espinoza y a su esposo el Comandante guatemalteco Humberto Pineda Aldana (uno de los 28 desaparecidos)- y que periódicamente tiene que llegar a habitar desde sus otras casas en Curridabat, Costa Rica o Managua, para no tener que cederla a otras familias que SI la necesiten. Vivos se los llevaron… pero más «vivo» yo, que vivo de ellos.