Violencia de género, violencia intrafamiliar y la necesidad de sensibilizar a la sociedad y rehabilitar a los agresores


En Guatemala existen cifras alarmantes en cuanto a casos de agresión hacia la mujer, así­ como violaciones a sus derechos humanos en general; a la integridad fí­sica, sexual, emocional, patrimonial. Y de la manera más drástica, manifestaciones de femicidio.

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
crismodenesi@gmail.com

El abordaje de la violencia hacia la mujer ha de ser de manera integral y cientí­ficamente aprobada. Se sugiere que los hombres agresores sean atendidos en grupos, así­ como las mujeres y otros miembros de la familia, pero en sesiones diferentes, pues la terapia familiar está contraindicada en el tema violencia. Actualmente existen esfuerzos para realizar un alto a la violencia de género e intrafamiliar, los cuales son insuficientes dentro de la población guatemalteca. Habiendo un énfasis en el tratamiento dirigido hacia las mujeres y sus hijos.

Pero, también, es relevante dirigir esfuerzos al tratamiento del HOMBRE AGRESOR, debido a que es el principal actor de este tipo de violencia. (Casi la mitad de las mujeres que mueren por homicidio son asesinadas por sus maridos o parejas actuales o anteriores, un porcentaje que se eleva al 70% en algunos paí­ses.)

Además, porque al rehabilitarlo, podrá tener un efecto multiplicador en otros hombres el cual redundará en la conformación de una identidad masculina con equidad de género. Una mujer puede salir de una relación dolorosa de violencia, sin embargo, si este hombre no posee ninguna alternativa de cambio; ¿A cuántas más mujeres dejamos vulnerables ante el mismo hombre? Es un hecho que son muy pocas mujeres las que se separan de la persona que les ataca, toleran los abusos y la violencia de manera constante y a veces crónica. Si tenemos acceso a un proceso de psicoeducación social con énfasis dirigido a los hombres podremos observar cambios cognitivo conductuales. La Organización Mundial de la salud Refiere que la violencia es prevenible, y este tipo de intervención nos ayuda a esta tarea.

Existen antecedentes de recomendaciones dadas por la Plataforma de Beijing, la Organización Mundial de la Salud, en su Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud, el informe Noruego Oficial titulado: El Derecho a una Vida Sin Violencia, y en la legislación guatemalteca, entre otros, para el tratamiento psicoeducativo y psicoterapéutico de agresores.

Investigaciones recientes indican que aunque determinados factores biológicos y otros elementos individuales explican parte de la predisposición a la agresión, más a menudo interactúan con factores familiares, comunitarios, culturales y otros agentes externos para crear una situación que favorece el surgimiento de la violencia.

El trabajo dirigido a contrarrestar la violencia contra la mujer ha sido enfocado fundamentalmente en ayudar a las mujeres a través de la legislación, capacitaciones sobre el tema de los derechos como humanas y violencia de género. Existiendo algunos centros de atención psicoterapéutica para mujeres y la creación de albergues. Pero el abordaje al género masculino ha sido tenue, casi ignorado.

Considerando las recomendaciones proporcionadas por instancias internacionales y la misma legislación guatemalteca, es necesario apoyar proyectos de sensibilización social sobre la temática de violencia de género y violencia intrafamiliar. Así­ como invertir recursos en la rehabilitación de los agresores. El dí­a de hoy se presentó un proyecto que trata de encauzar esta necesidad de sensibilización y comprensión social sobre la temática. Así­ como, la rehabilitación de los agresores para encontrar alternativas de cambio ante la conducta abusiva de los mismos hacia las mujeres.