Si hay alguien que se destaca por su preocupación de los asuntos de interés nacional, es don Alfredo Duke, un asiduo remitente de «Cartas del Lector» del Diario La Hora. Siempre lo leo, me intereso saber cuál es su criterio y por lo regular lo comparto, aunque hayan veces que no lo haga, como sucede por lo regular con las opiniones de tantos millones de guatemaltecos que queremos bien a nuestro país y sobre todo, porque algunos se toman el tiempo y el valor para expresar su pensamiento. En la edición del 26 de marzo, don Alfredo se pronunció sobre lo que expuse recientemente en una de mis columnas en el afán de que Su Muni no vaya repetir el error de hacer pasar el Transmetro, a como dé lugar, en las congestionadas calles de la ciudad capital, ahora en el centro, lo que incluye las zonas 1, 2 y 6.
Era lógico y natural entonces que sobre mi sugerencia de utilizar sustitutivamente la vía del ferrocarril hacia al Atlántico surgieran opiniones contrarias, entre ellas las de don Alfredo Duke, sin embargo, expresa y tácitamente reconoce que algo habrá que hacerse para evitar que se repitan los daños y perjuicios que el Concejo Municipal y su Alcalde produjeran a la población por la falta de previsión, terquedad y ausencia de diálogo, así como de sólidos estudios técnicos en el sitio, como en áreas aledañas a la calzada Aguilar Batres, Avenida Bolívar y del Centro Cívico.
Lo que debe importar realmente, don Alfredo, es la actitud. Es hacer conciencia sobre que no debe seguirse haciendo obra pública, ni tomar decisiones a tontas y a locas, basadas en caprichos prepotentes y arrogantes que, a la postre, aunque beneficien a un sector, causan todavía más problemas a la mayoría de la población, como que si los que ya tenemos no fueran suficientes. Por ejemplo, ¿quién no sabe que por las circunstancias y condiciones del tránsito de vehículos ha obligado a la gran mayoría motorizada o no a salir más temprano para llegar puntual al trabajo o para llevar al colegio a los patojos? ¿Quién ignora que eso mismo afecta el costo de vida y los constantes atascos se traducen en más gastos de combustibles, reparaciones y mantenimiento a los vehículos?
Entonces, ¿por qué siguen inalterables las actitudes de funcionarios y empleados municipales para seguirnos fastidiando con abruptos cierres de calles, moficaciones de vías, carriles reversibles, cambios de rutas y tantas desacertadas medidas más, dizque con el propósito de hacer más fluido el tránsito pero que por lo regular resultan todo lo contrario? Su Muni ha venido siendo manejada como un negocio y eso podrá estar bien si lo que se busca es dar un mejor servicio a los vecinos, pero cuando solo se usa para cobrar sus multas, tasas o contribuciones resulta ser un contrasentido. Es cierto, los vecinos tenemos obligaciones, pero también tenemos derechos. Dice el Código Municipal: «participar activa y voluntariamente en la formulación, planificación, ejecución y evaluación de las políticas públicas y municipales y comunitarias». ¿Entonces?