Suspenden el diálogo con el Sur


La tensión aumentó hoy entre las dos Coreas, después de que el Norte anunciase que rompe el diálogo con el Sur, seis meses después de una esperanzadora cumbre entre los dos paí­ses y mientras el proceso de desnuclearización del régimen comunista sigue estancado.


Responsabilizando a Seúl de su decisión, el régimen de Pyongyang anunció que suspenderá todo diálogo con su vecino del Sur y cerrará su frontera a los responsables surcoreanos en respuesta a la negativa de éstos a pedir disculpas por las declaraciones de un alto mando militar.

«Nuestro ejército no participa en diálogos vací­os», afirmó la agencia de noticias oficial norcoreana KCNA, citando un mensaje enviado por Corea del Norte a Corea del Sur.

Horas antes, el presidente surcoreano Lee Myung-Bak, criticado virulentamente por Corea del Norte en los últimos dí­as, habí­a invitado a Pyongyang a continuar las discusiones con franqueza para reducir la creciente la tensión entre los dos vecinos.

«Desde mi llegada al poder (en febrero) Corea del Norte ha intensificado la tensión. Pero creo que las relaciones no van a deteriorarse», declaró Lee, en su primera reacción desde que Pyongyang lo calificó el martes de «traidor».

«Lo que nuestro nuevo gobierno desea es más diálogo franco entre Corea del Sur y Corea del Norte (…) queremos que Corea del Norte se abra a un diálogo sincero», afirmó.

Pero en el mensaje enviado al Sur, Corea del Norte amenazó con utilizar medidas militares en respuesta a la negativa de Seúl a pedir disculpas por unas declaraciones del general en jefe surcoreano Kim Tae-Young, que Pyongyang interpretó como una alusión a un ataque militar preventivo.

Los comentarios del general Kim que irritaron al Norte fueron hechos la semana pasada durante una sesión parlamentaria. El general dijo que el Sur bombardearí­a las instalaciones nucleares del Norte si este paí­s le atacara con armas nucleares.

El régimen del dictador norcoreano Kim Tae Young acusó hoy al «régimen conservador surcoreano» de «conducir las relaciones norte-sur hacia la confrontación y la catástrofe».

La situación comenzó a crisparse la semana pasada, cuando Corea del Norte expulsó a responsables surcoreanos de un complejo industrial conjunto. Al dí­a siguiente ensayó misiles y acusó a Seúl de violar una controvertida frontera marí­tima.

Durante el fin de semana exigió disculpas por las declaraciones de Kim y amenazó con «reducir a cenizas» Corea del Sur si ésta lanzaba un ataque preventivo.

Y el martes, la prensa oficial norcoreana lanzó una diatriba de insultos contra Lee, tildándolo de siervo de Estados Unidos, traidor y charlatán.

El presidente Lee, un conservador que asumió el cargo el 25 de febrero, irritó al régimen norcoreano adoptando una lí­nea más dura en las relaciones entre los dos paí­ses, tras una década de polí­ticas de acercamiento por parte de presidentes liberales.

Lee afirmó que condicionará la ayuda económica a los progresos de Corea del Norte en materia de desnuclearización y cuestionará la situación de los derechos humanos en el paí­s comunista.

Este aumento de la tensión llega en un momento en que las negociaciones entre las dos Coreas, Estados Unidos, China, Rusia y Japón para desmantelar el programa armamentista nuclear norcoreano se encuentran estancadas.

Esta situación contrasta con las relaciones idí­licas que viví­an las dos Coreas hace sólo seis meses, cuando una histórica cumbre entre el entonces presidente surcoreano Roh Moo Hyun y el lí­der norcoreano Kim Jong Il se cerró con un pacto de paz y la promesa de desnuclearizar totalmente la pení­nsula.