Dispuestos a segunda ronda


El partido del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, se mostró dispuesto hoy a disputar una batalla final para tratar de mantener a su lí­der en el poder, al apoyar la celebración de una segunda vuelta de las elecciones presidenciales.


Los medios públicos estiman ahora probable la organización de una segunda vuelta entre Mugabe y el lí­der opositor, Morgan Tsvangirai, a la espera de los resultados oficiales de la primera ronda, celebrada el sábado, que siguen siendo una incógnita.

El jefe de la misión de observadores de la Unión Africana (UA), Ahmed Tejan Kabbah, informó por su parte hoy haberse reunido con ambos candidatos, en un intento de mediación para salir al paso de la incertidumbre que planea sobre el futuro polí­tico de este paí­s.

El partido de Tsvangirai, Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), mantiene que su lí­der ha superado el 50% de los votos necesarios para evitar una segunda vuelta, pero asegura que disputará una contienda final si es necesario.

Cinco dí­as después, todaví­a no se ha publicado ni un solo resultado oficial de los comicios presidenciales, mientras que la comisión electoral anunció la victoria del opositor MDC en las elecciones parlamentarias celebradas el mismo dí­a.

Tras 28 años de mayorí­a parlamentaria, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) de Mugabe perdió el control de la cámara de diputados, que ahora estará dominada por la oposición, con 109 de los 210 escaños, según los resultados oficiales definitivos.

Pese a esta derrota, el viceministro de Información, Bright Matonga, indicó que Mugabe no tiene intención de arrojar la toalla.

El partido «está listo para una segunda vuelta, estamos listos para obtener la victoria», declaró Matonga.

Matonga reconoció que su formación «no cumplió con el presidente» y no invirtió suficiente energí­a en la campaña presidencial.

«En términos de estrategia, sólo aplicamos el 25% de nuestra energí­a en esta campaña (…) En la segunda vuelta utilizaremos el otro 75%», afirmó.

Un sonriente Mugabe apareció hoy por primera vez en público desde las elecciones, al entrevistarse con observadores de la UA, según imágenes difundidas por la televisión pública.

Mugabe no realiza ningún comentario en las imágenes mostradas, en las que aparece junto al jefe de la misión de la UA.

Tras el encuentro, Kabbah, ex presidente de Sierra Leona, declaró a la televisión que a Mugabe, de 84 años, se le veí­a «muy relajado».

«Estima que los problemas a los que está confrontado su paí­s serán resueltos de forma amistosa. Espera que el anuncio del resto de los resultados sea inminente», agregó el jefe de la misión de los observadores de la UA.

El ex presidente de Sierra Leona explicó que previamente se habí­a reunido con el lí­der de la oposición.

«Tsvangirai también ha tenido palabras positivas para el presidente» Mugabe, en el poder desde la independencia del paí­s, en 1980.

Representantes de los candidatos presidenciales tení­an previsto reunirse hoy con responsables de la comisión electoral para presenciar la verificación de los resultados, que se espera sean anunciados a más tardar mañana a última hora.

Fuentes de la comisión explicaron que previamente se anunciarán los resultados para el senado.

Frustrado con el silencio del órgano electoral, el MDC se anticipó ayer y publicó sus propios resultados, otorgando el 50,2% de los votos a Tsvangirai frente al 43,8% para Mugabe.

Sin embargo, el diario estatal The Herald abrió la ví­a a una segunda vuelta, afirmando que ninguno de los candidatos dispone de mayorí­a absoluta.

Edgar Tekere, un ex responsable del gobierno y ahora uno de los crí­ticos más acerbos de Mugabe, estimó por su parte que el presidente luchará hasta el final para mantenerse en el poder.

El ZANU-PF «ha perdido el control, y Mugabe también, a no ser que esté tratando de recurrir a sus habituales trampas para robar el voto», dijo Tekere.

«Espero no obstante que no lo intente. Serí­a una locura y nos abocarí­a al caos», alertó.

La economí­a de Zimbabue no ha dejado de empeorar desde inicios de siglo hasta llegar a la situación desastrosa de la actualidad, con una inflación superior al cien mil % y una tasa de desempleo por encima del 80%.