Las autoridades chinas acusaron hoy a activistas pro tibetanos y defensores de los derechos humanos de querer «secuestrar» los Juegos Olímpicos de Pekín, cuando la llama olímpica comenzaba un periplo por el mundo que estará sembrado de manifestaciones.
Activistas pro tibetanos, defensores de los derechos humanos y grupos que presionan para que acabe la crisis de Darfur anunciaron su intención de organizar protestas en las etapas clave del viaje de la antorcha olímpica, que durante 130 días recorrerá 137.000 km.
«Ningún plan para secuestrar los Juegos Olímpicos de Pekín merece respeto moral», afirmó el martes el diario oficial China Daily en un editorial.
China considera que los intentos de politizar los Juegos de este verano están destinados al fracaso, porque la mayor parte de la opinión pública internacional, afirma, es contraria a vincular las controversias con los acontecimientos deportivos.
Las manifestaciones van contra el espíritu olímpico de paz, amistad y respeto, según el China Daily.
«Por muy sensacionalistas que sean, los llamamientos para politizar los juegos olímpicos son una blasfemia contra el espíritu olímpico», afirmaba el editorial.
También el ministro chino de Relaciones Exteriores atacó a los grupos que piden el boicot de las olimpiadas para protestar contra la situación en China.
«Los Juegos Olímpicos son un acontecimiento deportivo para la gente de todo el mundo. No venir a Pekín no implica aislar a China», afirmó la portavoz de la cancillería, Jiang Yu.
Jiang hacía estas declaraciones mientras la llama olímpica recorría su primera etapa desde Pekín a Almaty, en Kazajistán.
Grupos de activistas anunciaron protestas especialmente en Londres el domingo, en París el lunes y en San Francisco, la única etapa en Estados Unidos, el 9 de abril.
«Tendremos una presencia. Nuestro plan es hacer algo pacífico para dejar clara nuestra postura», afirma Anne Holmes, responsable de la organización Free Tibet Campaign, con base en Londres.
También se esperan protestas en países como India, cuyo capitán de la selección nacional de fútbol anunció que se niega a correr con la antorcha olímpica para protestar contra la represión china en Tíbet.
Bhaichung Bhutia, un budista del Estado indio de Sikkim, situado en el noreste de India, entre Tíbet, Nepal y Bután, envió una carta al comité olímpico indio «en señal de solidaridad» con los tibetanos, 100.000 de los cuales viven exiliados en India, entre ellos su líder espiritual, el Dalai Lama.
La Unión Europea, que el sábado llamó a China a dialogar con el Dalai Lama, podría invitar próximamente al líder espiritual tibetano a Bruselas, según el ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner.
China advirtió hoy contra cualquier apoyo brindado por gobiernos extranjeros al Dalai Lama, a quien acusa de haber organizado los recientes disturbios en Tíbet y las regiones vecinas.
«Nos oponemos a que los dirigentes extranjeros respalden las actividades independentistas del Dalai Lama», declaró la portavoz de la cancillería Jian Yu, al ser interrogada sobre una visita del líder espiritual de los tibetanos a Japón la semana próxima.
El Dalai Lama visita Japón regularmente, pero los dirigentes nipones nunca lo recibieron.