¿Milán o Esmirna? La ciudad italiana y su rival turca sabrán hoy cuál de ellas tendrá el privilegio de acoger la Exposición Universal de 2015, una elección crucial con muchos ingredientes económicos.
Reunidos en París en Asamblea General, los delegados de los 151 países miembros de la Oficina Internacional de Exposiciones (OIE), escucharán este lunes las presentaciones de ambos proyectos antes de votar. El resultado se espera en torno a las 15H00 GMT.
Ayer, el jefe del gobierno italiano, Romano Prodi, se había declarado «optimista» en cuanto a la victoria de Milán, en el norte de Italia, si bien reconoció que Turquía había «efectuado una política de promoción muy fuerte».
Romano Prodi admitió haber «pasado todo el día hablando por teléfono» para tratar de obtener votos en favor de la candidatura italiana y avanzó que estaría en París junto a su ministro de Relaciones Exteriores, Massimo D»Alema, cuando se anuncie el nombre de la ciudad que sucederá a Shanghai, designada para la Exposición de 2010.
En un anuncio de media página publicado en el diario francés Le Figaro, Esmirna, en la costa oeste de Turquía, era ya presentada como la vencedora, al afirmar que «recibirá a más de 40 millones de visitantes» para la Exposición de 2015.
La importancia de esta manifestación de gran prestigio que se prolonga durante seis meses es enorme, con repercusiones económicas que suelen traducirse en varios miles de empleos y cientos de millones de euros.
Esmirna propone el tema de la «salud para todos» y «nuevas vías hacia un mundo mejor».
De su lado Milán ofrece «alimentar el planeta, energía para la vida».
Tercera ciudad de Turquía, con 1,8 millones de habitantes, Esmirna pone de relieve sus 8.500 años de Historia, su dinamismo así como su situación estratégica en el cruce de Oriente y Occidente.
La designación de Esmirna como sede de la Exposición Universal de 2015 sería una «primicia para Turquía como también para una región más amplia que comprende el sureste de Europa, Oriente Medio, el Cáucaso y Asia Central», había alegado el presidente turco, Abdulá Gul, en noviembre.
Por su parte, la capital económica de Italia destaca una posición «central» en Europa y un estatuto de «ciudad región» que, con sus 9 millones de habitantes, puede rivalizar en importancia con Londres o París.
Milán cuenta con recibir a unos 30 millones de visitantes en caso de obtener la sede de la exposición, según expresa su portal Internet.
Entre sus partidarios, destaca el ex vicepresidente estadounidense y premio Nobel de la Paz Al Gore, que ha dicho de Milán que es «una de las ciudades más amigas del medio ambiente».
Los turcos defienden por su parte que cuentan con el apoyo del ex canciller alemán Gerhard Schroeder, según quien una Exposición Universal en Esmirna demostraría «una vez más que Turquía no es sólo un puente excepcional entre Europa y Asia, sino también un intermediario entre el mundo cristiano y musulmán» y «una ventaja política, económica y cultura para Europa».
Durante una de las cumbres de la Conferencia Islámica este año, el canciller turco, Ali Babacan, afirmó haber obtenido el acuerdo de la mayoría de los Estados representados.
Por su lado, Italia hizo la corte a los países del Magreb, insistiendo en los vínculos entre la «civilización mediterránea» y apostó por un tema («alimentar el planeta») que le permitiría competir con Esmirna frente a los países del sur, sobre todo de ífrica.
La primera Exposición Universal fue organizada en Londres en 1851.
En 2010, tendrá lugar en Shanghai, símbolo de una China en plena expansión económica, diez años después de la de Hamburgo en Alemania.