Luego de la matanza ayer en Zacapa entre supuestos narcotraficantes, las hipótesis aún no se afinan para poder asegurar qué pasó; sin embargo, las consecuencias que se infieren entre analistas y expertos es que Guatemala ya sufre un proceso de colombianización y las secuelas podrían ser aún peores que el mismo ataque.
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Luego de la consternación ayer, en donde se reportaban nueve muertos, hoy se conoció el deceso de dos más, tras reconocerse los cadáveres de Mario René Alvarado Monterroso y Arnoldo Rosales Mejía o Norberto Mejía Rosales, originarios de Petén. Así como el deceso de otro quemado identificado como «equis equis».
Con ello, se suman a los ya identificados Juan José León Ardón, alias «Juancho», supuesto cabecilla narcotraficante de Guatemala; su hermano Héctor Enrique León Chacón; Mateo Asij Xol, ex agente de la División de Investigación Criminal (Dinc); Pedro Oswin Olivares y Oswaldo García Ruano. Asimismo, Harri Geovany Calderón Gálvez y Lucas Ixish, de Guatemala, y el mexicano Arturo Damián Casanova, originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas. Continúa con vida el ex alcalde de Zacapa, Marcial Castañeda.
Entre los mexicanos capturados, se ha revelado que son Roberto Rodríguez Cárdenas; Roberto de León Gómez; Luis Ernesto Lugo Canciano, y tres guatemaltecos: Alfredo García García; Raúl Ricardo Salguero Pérez, y Rogelio López Cabrera.
Hipótesis
Por el tipo del ataque, las evidencias y los antecedentes de las personas que fueron parte de la masacre, se considera esto un problema entre narcotraficantes. Según las hipótesis de la SAIA, la reunión en Zacapa pudo deberse a una transacción de droga, y que de ahí se produjera una venganza por robo de algún cargamento ingresado al país con destino a México o saldo de deuda económica por drogas; todo ello, perpetrado por miembros del Cártel de Sinaloa.
Según el jefe de la SAIA, Pedro Tobar, se ha solicitado al Gobierno de México un informe sobre la procedencia de las armas y números de registro que puedan existir del arsenal incautado ayer. Extraoficialmente se supo que también hay una petición para conocer sobre la estructura del Cártel de Sinaloa.
Maximiliano Siguí, fiscal de Zacapa, informó que la escena del crimen ha sido trabajada durante más de quince horas, en una extensión de aproximadamente 50 kilómetros, y que hasta este mediodía habían sido incautados 12 fusiles AR-15 y M16, siete pistolas calibre 9 milímetros y dos granadas, además de un número indeterminado de municiones.
Según el jefe de la SAIA, el análisis del armamento no podría conducir a un grupo específico; sin embargo, expertos en armas consultados por Diario La Hora, refirieron que el uso de estas, así como el lanzagranadas RPG-7, utilizado para evaporar las evidencias de los vehículos, refieren un arsenal de grueso calibre.
El fiscal Siguí añadió que se encuentra pendiente de tomar las declaraciones de los vecinos del lugar y que sólo ha comparecido la hija de uno de los heridos, quien manifestó que se encontraba en el interior de un inmueble y sólo escuchó los disparos sin saber más.
Las víctimas calcinadas ya han sido identificadas sin embargo, la fiscalía informó que practicarán una prueba de ADN, corroborar la compatibilidad de las identidades.
Dos vías para huir
La información de último momento fue proporcionada por Geovany Castro, jefe la Fiscalía contra la Narcoactividad, quien refirió que en la colonia el Maestro, zona 4 de Chiquimula, fue localizado el vehículo placas P 173-PFW, en cuyo interior se encontraba una gran cantidad de documentos, entre ellos un pasaporte expedido en la República de México a nombre de Fredy Aroldo Medina Umaña, y que no se había encontrado droga en ninguno de los vehículos que están siendo analizados por parte del MP.
La fiscalía presume que el hallazgo del nuevo vehículo en la región de Chiquimula es el indicio de dos rumbos distintos de huida por parte de los ejecutores del hecho.
«En este momento no hemos encontrado droga en compartimientos ocultos de los vehículos, pero eso no quiere decir que estemos desvinculando la actividad al tema del narcotráfico», expresó el fiscal entrevistado.
Castro aseguró que la fiscalía no descarta ninguna posibilidad sobre la participación de narcotraficantes mexicanos o de la propia presencia de Joaquín «Chapo» Guzmán en el país; por lo que esperan información solicitada a la Procuraduría General de la República de México para establecer dichos extremos.
La situación jurídica de los seis aprehendidos no había sido esclarecida hasta el mediodía de hoy, ya que fueron puestos a disposición de un juez de El Progreso, quien remitió el expediente a la capital. Los seis capturados permanecen en la prisión preventiva de la zona 18.
Consecuencias
Tras este hecho, analistas y expertos en el tema han coincidido que el país puede convertirse en el escenario de futuras venganzas por este suceso, y que apenas se ha abierto una «caja de Pandora» con la matanza de ayer.
Otto Pérez Molina, general retirado y secretario del Partido Patriota, declaró que lo sucedido ayer en Zacapa es una muestra del «Estado fallido en el que está sumido Guatemala por tener un presidente que no tiene el carácter para tomar decisiones».
El líder del partido del puño fue enfático en que la solución al problema es la pronta aprobación de la Ley de Armas y Municiones, pero cada vez que se está a punto de aprobar, influyen los intereses de los sectores involucrados. «El gobierno actual es incapaz de controlar los índices de inseguridad. El crimen organizado y los cárteles del narcotráfico que operan en el país han rebasado la capacidad de las instituciones del Estado. Falta certeza jurídica», dijo el militar retirado.
Por su parte, analistas en seguridad señalaron que con el hecho se consolida más la imagen del país, como de «incapaz» de combatir el narcotráfico.
«No es posible que un grupo armado con arsenal de grueso calibre ingrese las fronteras del país, se maneje una enorme cantidad de droga y de dinero en efectivo, y que puedan participar en un tiroteo con total libertad por veinte o treinta minutos; simplemente se demostró nuestra incapacidad», refirió una fuente que prefirió el anonimato.