En la columna del viernes pasado conjeturaba que el fallo de la Corte de Constitucionalidad en el caso de la señora Sandra Torres podría ser de 4 a 3 o incluso 5 a 2 a favor de la inscripción de la candidatura de la ex Primera Dama, aunque decía también, que ojalá me equivocara y que sería la primera vez que me alegraba de haber cometido una equivocación.
Y así fue, la resolución de la CC más allá de la simpatía o antipatía que genera la señora Torres, entrañaba el respeto a la Constitución como soporte del orden jurídico del Estado, y el sometimiento a la misma de todos, sin excepción alguna, lo que obviamente consolida el estado de Derecho, la institucionalidad y la gobernabilidad de un país que debe regirse por la ley y la justicia.
La decisión fue adoptada por unanimidad, aunque con tres votos concurrentes que dicen entre comillas “voto con los demás, pero…†lo cual es permitido y permisible aunque ello representa un poco el “curarse en saludâ€.
La conclusión de la candidatura de la señora Torres, deja algunas premisas abiertas, así como interrogantes más inquietantes en este judicializado proceso electoral en donde ha habido de todo, unas cosas buenas y otras negativas. Entre las buenas podemos citar la actuación de la Contraloría de Cuentas al cumplir con la Ley de probidad al no extender el finiquito a que están obligados los candidatos a cargos de elección popular, en tanto tengan asuntos administrativos, financieros o judiciales, pendientes de resolver; lo segundo la actuación firme de dos funcionarios del TSE, los licenciados Miguel Solís y Francisco García Cuyún que con energía y honestidad hicieron prevalecer la supremacía de la ley, en particular la Constitución, para tener un proceso electoral atípico, pero dirigido hacia el respeto de la legalidad.
Entre lo negativo que hemos observado se encuentra el clima violento que incluye asesinatos de candidatos a distintos cargos, o dirigentes partidarios que se han dado a la mediática, agotadora e interminable campaña propagandística que nos altera, el desprecio de los partidos políticos hacia las normas electorales como la llamada campaña anticipada y lo que es peor, la falta de cumplimiento en cuanto a dar a conocer el financiamiento que reciben para determinar en primer lugar, si no procede del crimen organizado, especialmente del narcotráfico a través de empresas o empresarios fantasmas y lo segundo, si los financistas de la “iniciativa privadaâ€, no pasarán después las “facturas†correspondientes como ha sucedido con todos los anteriores gobiernos y en el caso del actual, basta ver la condescendencia hacia las actividades mineras que nos están desgraciando.
Volviendo a la negativa de la inscripción de la ex Primera Dama, queda la primera interrogante sobre lo que pasará con Harold Caballeros, quien, pese a que tiene mayor “atractivo†en los medios, su posición es muy parecida a la de la señora Torres, pues si bien dice que dejó de ser “ministro de cultoâ€, al haber “renunciadoâ€, tal cosa es discutible porque esa calidad aparentemente la “perdió†como él mismo ha admitido, para fundar su partido y lanzar su candidatura presidencial, lo que encuadra en el famoso “fraude de leyâ€, fuera de que es lógico pensar que al haber quedado sus iglesias, sus colegios, sus emisoras, su universidad en manos de su esposa y un grupo de amigos, estos son instrumentos notables para que le den un “empujón†en las elecciones. Además, si una persona adquiere una posición específica en lo religioso o lo académico, técnico, etcétera, ¿se puede renunciar a ello? Para poner un ejemplo: siendo yo abogado y notario, si dejo de pagar mis cuotas a mi Colegio Profesional pues dejo de ser colegiado activo y no puedo ejercer un trabajo específico pero no desaparecen mis títulos, incluso un tribunal, en sentencia firme puede inhabilitar a un abogado y/o notario para que no pueda ejercer su profesión por determinado tiempo, pero el sentenciado seguirá siendo el Lic. (Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales). ¿Y un cura o un pastor o un monje budista o un obispo ortodoxo, o un médico pueden renunciar al “títuloâ€?… A saber Dios…
Otro aspecto que hay que analizar es la elección de diputados por lista nacional de la coalición UNE-Gana, por el momento, ya que el artículo 203 de la Ley Electoral indica que “en la elección de diputados por lista nacional, las planillas estarán vinculadas a las respectivas candidaturas presidenciales de los partidos o sus coaliciones, por lo que no se admitirán postulaciones divididasâ€. Y ahora que ya no va la señora Torres ¿qué pasará con los candidatos a diputados por lista nacional de esa coalición? ¿Y qué pasará con los de ViVa-EG, si Caballeros tampoco participa?… Y fíjense que el Congreso tiene una cuarta parte de diputados electos por lista nacional, según lo contempla la propia Constitución y la Ley Electoral, por lo que este es un problema que tendrá repercusiones en la composición político partidista del Congreso. ¿Qué nos dice el TSE?
La no participación de la excandidata de UNE-Gana también plantea una recomposición de fuerzas políticas, máxime si a ello se suma la no participación de Harold Caballeros, aunque la lógica nos indica que una parte de esos votos iría hacia Suger y Baldizón y al propio Pérez Molina, no tanto por los votos de esos partidos, sino de los indecisos que han visto en las encuestas que él se encuentra, hasta el momento, a la cabeza y siempre se mantuvo con un amplio margen de ventaja sobre los demás, lo que podría inclinar a muchos a irse a lo seguro. Esto podría hacer que el candidato del Partido Patriota ganara en la primera vuelta con un voto arriba del 50% del total de votos válidos. No lo afirmo, pero tampoco lo descarto…
LOS BUSCAHUESOS. Tras la salida de la contienda electoral de la candidata UNE-Gana y el consistente primer lugar que sigue guardando desde el principio el general Otto Pérez Molina, realmente me indigna y me causa náusea observar cómo los buscahuesos de siempre se acercan al binomio del PP directa o indirectamente para conseguir chance, prebendas o lo que sea, dejando por un lado la lealtad, la amistad, el honor y la honestidad. Ya los candidatos tienen sus respectivos círculos y ahora, corren velozmente los lambiscones, sobalevas y desleales de siempre. Los veremos ocupando cargos.