Por invitación de la Secretaría de la Paz, Sepaz, participé en un coloquio que convocó a académicos, profesionales, funcionarios de gobierno, luchadores sociales, defensores de derechos humanos y representantes de la cooperación internacional para opinar en relación al XV aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz 1996-2011. “Retos y desafíos.†El objetivo general del encuentro fue: “Brindar un balance sociopolítico del cumplimiento de los compromisos contenidos en los Acuerdos de Paz, después de 15 años de vigenciaâ€.
Según la Sepaz el encuentro tuvo como propósito, “…explicar las causas del incumplimiento de los mismos y, desde una perspectiva de Estado democrático, formular propuestas/recomendaciones a sus diferentes entidades que permitan establecer mecanismos para su implementación durante la siguiente década.â€
Debido a que el tiempo disponible para la actividad fue muy corto, no dio lugar a profundizar en un balance más estricto sobre el cumplimiento de los AP, tal como fue planteado en el objetivo general, mucho menos que se pudiera cumplir con el balance de los ocho extensos objetivos específicos propuestos en la convocatoria del evento. No obstante, la discusión entre los expertos invitados se orientó hacia la condición socioeconómica de la población, reforma fiscal, educación, la cuestión agraria, el Estado de derecho, la calidad de la democracia, la ciudadanía, memoria histórica, derechos humanos, seguridad y justicia. La discusión sobre tales aspectos fue bastante precisa y varios de los disertantes señalamos los obstáculos e interferencias de actores que impiden el avance y cumplimiento de los compromisos adquiridos en los AP.
Al hacer de mi parte un breve recuento de la situación social y económica de la población, apoyado en cifras e indicadores oficiales, manifesté que ahora más de 3 millones de compatriotas padecen hambre, que más del 50% de niños menores de 5 años sufre desnutrición crónica infantil, que el 47.7% de la población indígena del país es analfabeta, que la tasa de mortalidad infantil es de 30 por cada 100 mil nacidos vivos y la materna es de 134 mujeres por cada 100 mil nacidos vivos, que el 80% de las mejores tierras cultivables está concentrada en apenas el 2% de la población, que existen alrededor de 5 mil conflictos agrarios, que continúan los desalojos violentos y la criminalización de la lucha por el territorio, que sólo el 40% de la población económicamente activa tiene empleo formal mientras el 60% está subempleada, que el salario mínimo en el sector agrícola está fijado en Q1,594.00 mensuales, mientras que el costo de la canasta básica de alimentos alcanza el valor de Q2,034.00. En otras palabras, como país ahora estamos más amolados que hace quince años. Entonces, ¿Para qué sirven los Acuerdos de Paz?
Las conclusiones de este encuentro fueron contundentes, hay incumplimiento y estancamiento de los Acuerdos de Paz, debido a falta de voluntad política de los distintos gobernantes, a la resistencia de las élites oligarcas y de poderes paralelos, a la incapacidad, fragmentación y dispersión del movimiento social, al desinterés del Estado y a la indiferencia de la clase política. Así las cosas, los tales Acuerdos son ahora puros recuerdos de Paz.
P.S. Un día como hoy, en 1991, ejecutados extrajudicialmente por la dictadura militar contrainsurgente, los dirigentes de la AEU, Erick Amílcar Callejas Mendoza y Alexander Scout Molina. La impunidad protege a los esbirros.