Homenaje a los Obispos Eméritos de la Conferencia Episcopal de Guatemala


Recientemente los medios de comunicación publicaron la visita ad limina de los Obispos de la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica en Guatemala. La visita personal que cada uno de los Obispos realizaran cada cinco años con el Papa. En esta ocasión con su santidad Benedicto XVI. Es una circunstancia particular para reconocer públicamente el trabajo pastoral fecundo y maravilloso de tres grandes Obispos guatemaltecos: Monseñor Ví­ctor Hugo Martí­nez Contreras, Arzobispo Emérito de la Arquidiócesis de los Altos, Quetzaltenango-Totonicapán. Monseñor Gerardo Flores Reyes, obispo Emérito de la Diócesis de La Vera Paz y Monseñor Jorge Mario ívila del íguila; Obispo Vicario Apostólico de Petén y Obispo Emérito de la Diócesis de Jalapa. Los tres fueron en su oportunidad Presidentes de la Conferencia Episcopal de Guatemala. Los tres han realizado y realizan un trabajo pastoral extraordinario, muchas veces callado y silencioso, pero de mucha trascendencia en la vida de la Iglesia Católica y a favor de los más necesitados. Cumplen así­ su misión de pastores, compartiendo la Buena Nueva del Evangelio a miles de niños, ancianos, mujeres y personas de buena voluntad. Ello puede ser evidenciado debidamente en las incontables situaciones que se han vivido a lo largo de nuestra historia reciente, aun no escrita. Una fuente documental que ilustra su trabajo pastoral se puede encontrar en la Obra: Al Servicio de la Vida, la Justicia y la Paz, publicado por la CEG en el año 1997.

Raúl Hernández Chacón

Monseñor Ví­ctor Hugo Martí­nez Contreras, a su labor particularmente especial en la Arquidiócesis de Quetzaltenango-Totonicapán, incluye su trabajo como Presidente de la Comisión de Educación de la CEG, entre sus múltiples servicios pastorales, dentro de los cuales destacan sus reflexiones y acciones desde la óptica de la Doctrina Social de la Iglesia. Apoyó la publicación de varios documentos de Educación y acompañó procesos de trabajo en la búsqueda de la evangelización de los educadores. Entre sus muchas publicaciones es necesario mencionar sus trabajos sobre la evangelización de la Cultura, muy iluminadores para el trabajo docente desde la educación bilingí¼e intercultural guatemalteca, mucho antes de la firma de los Acuerdos de Paz en 1996.

Monseñor Gerardo Flores Reyes, a su intenso trabajo pastoral en la Diócesis de La Verapaz, incluye su trabajo en la Pastoral de la Movilidad Humana. Su trabajo con los pueblos indí­genas y campesinos. Ocupa un lugar privilegiado sus homilí­as en idiomas mayas, que le permiten un acercamiento mas humano y cristiano con la población indí­gena que aún no logra mayor acceso a una vida digna. Como Presidente de la Pastoral de la Movilidad Humana apoyó varios proyectos de ayuda a los migrantes y a los refugiados guatemaltecos en México, para su retorno. Su conocimiento de la realidad y su sensibilidad social le ha favorecido participar en importantes foros y congresos nacionales e internacionales. Como Presidente de Caritas Nacional, ha favorecido muchos proyectos a las personas más necesitadas.

Monseñor Jorge Mario ívila del íguila, doctor en Educación, fue Presidente de la Comisión de educación en dos ocasiones. Ha impulsado la Pastoral Educativa Nacional, diocesana y parroquial, como uno de sus aportes más significativos. Sus hermanos Obispos han reconocido su gran aporte, como Doctor en Educación, a la pastoral de educadores, dignificando y valorando la labor de los profesores. Impulsó y motivó a la Conferencia Episcopal de Guatemala, para publicar una de las Cartas Pastorales más profundas y de mucha actualidad, Educación Desafí­o y Esperanza. Y se esforzó por su difusión en el ámbito magisterial. Promovió el proyecto de las Escuelas de Vicariato de tanto bien para el departamento de Petén. Apoyó a la pastoral educativa centroamericana, gracias al cual, se creó la Comisión de Pastoral Educativa de Centroamérica, COPECA. Fue muy intenso su trabajo para la publicación y difusión de la carta pastoral de los Obispos de América Central, Construyamos la Paz en Cristo, en un periodo sociopolí­tico muy difí­cil en la región. Como Presidente la Comisión de Pastoral de la Movilidad Humana, desarrolló un trabajo extraordinario en el retorno de los refugiados guatemaltecos en México, como Presidente de la Instancia Mediadora, con otras organizaciones internacionales y nacionales. Promovió y fue el principal impulsor del Acuerdo de 8 de Octubre, que establece las condiciones de dignidad en las que debe establecerse el proceso de retorno de los refugiados guatemaltecos en México.

Además, gracias a su profundo interés, por mejorar las condiciones de vida de la población guatemalteca y centroamericana, estableció la Oficina de enlace para Centroamérica de la Comisión Católica Internacional de las Migraciones CCIM.

Los Obispos Eméritos que aquí­ se incluyen, tienen un trabajo muy grande y profundo, que por espacio no es posible desarrollar con mayor amplitud. Ellos permitieron en su momento favorecer y apoyar como secretario ejecutivo al autor de estas lí­neas breves pero que significan un reconocimiento sincero, del privilegio inmerecido de ayudarles modestamente en su extraordinario trabajo pastoral de incalculable valor. Que Dios les dé muchos años más de vida, para seguir iluminando, con su trabajo y su pensamiento, la gran tarea de la educación desde la Iglesia Católica en Guatemala.