Los gorrones


Ahora sí­ y aunque lentamente se empieza a saber de los cientos de gorrones que í“scar Berger, su gobierno, su familia y sus allegados implantaron con excelentes salarios y sin siquiera tener que llegar a trabajar, tanto en el Ejecutivo, las embajadas, consulados como en las entidades descentralizadas.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Interesante serí­a que dependencia por dependencia se comparara el número de personas, su fecha de ingreso, el trabajo o funciones que les correspondí­a desempeñar y los salarios y prestaciones que se les otorgaron del 14 de enero del 2004 al 14 de enero de 2008, a través del gobierno, de los préstamos y de las entidades pantallas como la OIM, etc., a muchos «amigos» de la familia Berger, sus funcionarios o amigos y allegados de las familias para las cuales trabajó y representó el gobierno de la Gana.

Qué interesante serí­a que los muy acuciosos medios de comunicación social actuaran con la misma vara, con la misma medida que lo hicieron a gobiernos anteriores. Cuánto le costó al pueblo de Guatemala en impuestos y préstamos la existencia de los comisionados presidenciales, cuánta infraestructura, empleados, vehí­culos, combustibles y demás insumos se invirtieron para que Mikey Fernández, Héctor Centeno, Ví­ctor Suárez, Harris Whitbeck, Richard Aitkenhead y demás ilegalmente nombrados se dieran su paquete inconstitucional de ser «súper ministros».

Por ejemplo, ha llegado a nuestro conocimiento que CONCYT duplicó su personal contratado, indudablemente que Héctor Centeno se ha de sentir sumamente satisfecho y orgulloso de haber hecho lo que se le vino en «gana» excusándose en la ciencia y en los contratos de investigación sobre la eternidad del cangrejo.

Bueno serí­a que la Contralorí­a General de la Nación contratara el doble o el triple de auditores para que con el apoyo de los ministerios, secretarias y demás dependencias se estableciera y se publicara cuántas personas, cuántos amigos, cuántos parientes gozaron de ser «gorrones».

Triste es leer en la prensa escrita que el Programa Creciendo Bien triplicó el personal de la Secretaria de Obras Sociales de la Esposa del Presidente, ¿será posible que doña Wendy de Berger también consintiera que los programas que ella supervisaba se convirtieran en globos donde se inflaran con puestos, salarios y beneficios un montón de personas innecesarias?, sólo una auditoria podrí­a responderlo.

También serí­a conveniente que al Ministerio de Relaciones Exteriores se le auditara y se comprobara de forma fehaciente si en las embajadas y en los consulados no existieron o existen personas que brillan por su ausencia en cuanto a ejercer trabajos inherentes al cargo, que gozan o gozaron de pasaporte diplomático, salario, exoneraciones de impuestos e inmunidades como una beca por parentesco o por conectes, mientras sólo dos o tres son las personas que cargan con la pacaya del trabajo, el resto de los funcionarios diplomáticos y consulares son gorrones. Esto no se puede comprobar fehacientemente sin una adecuada auditoria administrativa y financiera.

Existirán personas que argumenten que en el gobierno del FRG también existieron «gorrones» y seguramente tienen razón, pero la pregunta es si en el gobierno del FRG hubo un gorrón, se justifica que ese gorrón se haya multiplicado por diez en el gobierno de la Gana. He ahí­ la pregunta y la respuesta que tanto la Contralorí­a como quienes se golpean el pecho diciendo que en el gobierno de la Gana no hubo incorrecciones, no hubo corrupción, sino sólo hubo transparencia, deben de responder porque la vara debe ser igual para todos.