Hace más de cincuenta años, los Gobernadores que nombraba el Presidente de la República eran militares, generalmente Coroneles. Aquí en la Antigua Guatemala en esos cincuenta años sólo un Gobernador fue civil, Don Rodrigo Echeverría -q.e.p.d.- durante el Gobierno del General Ydígoras Fuentes, y como no eran del lugar donde los nombraban, residían con sus familias en las sedes de las gobernaciones, aquí en Antigua, sede de la Gobernación de Sacatepéquez, El Gobernador ocupaba el segundo nivel del Palacio de los Capitanes Generales.
Dado este procedimiento, los Gobernantes hacía carrera como tales, ya que cuando había cambios, era simplemente una rotación; procedimiento que ocasionaba serios problemas, pues el nuevo Gobernador no conocía el medio, mucho menos a los habitantes de su nuevo departamento. En La Antigua había un transportista que cada vez que era nombrado un nuevo Gobernador, la visitaba para ponerse a sus órdenes, llevándole a obsequiar una botella de whysky o invitarlo a un almuerzo a uno de los mejores hoteles de la ciudad, pero realmente el objetivo era tener a quien recurrir, cuando sus chóferes y ayudantes tuvieran un problema con la Policía Nacional o con la Guardia de Hacienda.
Afortunadamente, en el Gobierno de facto del General Efraín Ríos Mont se nombró a todos los Gobernadores; civiles y oriundos del departamento al que fueron nombrados. Se sabe que un militar de alta graduación le expresó que estaba bien que se cambiaran los Gobernadores, pero que se volvieran a nombrar militares, a lo que no accedió, diciéndole que iba a cumplir con la ley, que establecía que los Gobernadores debían ser civiles y originarios del departamento del que iban a ser nombrados, y así fue como yo fui nombrado Gobernador de Sacatepéquez, e igual en todos los departamentos. Medida afortunada porque se inició una competencia sana entre los gobernadores, para ejecutar más obras de infraestructura y desarrollo a favor de sus respectivos departamentos. Como ejemplo, en la Región V se ejecutaron 83 obras en Sacatepéquez, 77 en Chimaltenango y 75 en Escuintla.
En el nombramiento de los actuales Gobernadores, según parece, lo que privó en la selección que hizo el Presidente de la República fue que debían ser afiliados a la UNE, y si fue así, creo que hemos dado un paso atrás.