El sucesor designado por Vladimir Putin, Dimitri Medvedev, logró una victoria aplastante en la elección presidencial de ayer en Rusia, según resultados casi definitivos denunciados por la oposición, que se aprestaba a manifestarse este lunes contra lo que considera una «farsa».
Medvedev, primer viceprimer ministro, de 42 años, obtuvo el 70,23% de los votos tras el recuento de las papeletas en el 99,45% de los colegios electorales, anunció el presidente de la Comisión Electoral Central, Vladimir Churov.
Medvedev quedó muy por delante de los otros tres candidatos, el comunista Guennadi Ziuganov (17,76% de los votos), el ultranacionalista Vladimir Jirinovsky (9,37%) y el pro-europeo Andrei Bogdanov (1,29%), indicó Churov.
La participación fue del 69,65%, añadió.
La televisión rusa seguía difundiendo el lunes por la mañana las imágenes del tándem Putin-Medvedev atravesando la Plaza Roja de Moscú, antes de dirigirse al público de un concierto de rock al aire libre el domingo por la noche.
«Tenemos todas las posibilidades de preservar la política de Putin. Iremos adelante y juntos ganaremos», declaró Medvedev, vestido con una chaqueta de cuero y pantalones vaqueros, con una soltura desconocida en su voz y sus gestos.
«Felicito a Dimitri Medvedev», declaró Putin, impedido por la Constitución de competir por un tercer mandato consecutivo, pero que se dispone a asumir el cargo de primer ministro.
Ahora, la principal incógnita reside en el grado de independencia que Medvedev conseguirá establecer respecto su mentor.
En una rueda de prensa tras la elección, Medvedev prometió trabajar junto con Putin, aunque destacó que la presidencia no va a verse debilitada.
Los comicios se parecieron más a un traspaso de poder, ya que la elección de Medvedev ha sido cuidadosamente preparada y organizada por el Kremlin, mientras los demás candidatos eran relegados al papel de figurantes.