El presidente francés interrumpió sus vacaciones para afrontar el caos de los mercados y hoy prometió continuar con su plan para reducir el déficit presupuestario y disipar los temores de que Francia podría ser el próximo país que vea reducida la calidad crediticia de su deuda soberana, como Estados Unidos.
Algunos analistas advirtieron que Francia — la quinta economía mundial y uno de los motores de la eurozona — no puede permitirse el lujo de seguir rescatando a los estados más pobres de Europa, especialmente cuando ha comenzado a perder fuerza su tasa de crecimiento.
Nicolas Sarkozy, que junto con otros líderes europeos ha sido intensamente criticado por continuar de vacaciones en medio del caos de los mercados, interrumpió su estancia en la Costa Azul francesa y regresó a París con su esposa embarazada para convocar una reunión urgente del gabinete a fin de analizar la crisis financiera.
Aunque no se anunciaron medidas nuevas, Sarkozy insistió: «Los compromisos para reducir el déficit son inviolables y serán mantenidos».
Los temores de la deuda soberana afectan especialmente a varios países de Europa y Estados Unidos, minando la confianza en la recuperación económica global y desatando el pánico en los mercados bursátiles de todo el mundo.
Sarkozy anunció que el gobierno francés adoptará nuevas decisiones el 24 de agosto para asegurar que está en pos de alcanzar los objetivos para reducir el déficit. Reiteró además su pedido de cambios constitucionales que requieran cuadrar anualmente las cuentas presupuestarias del estado.
Desde hace años Francia no ha logrado alcanzar esas reducciones.
Entretanto, el Banco Nacional de Suiza anunció que está inyectando más francos en el mercado para combatir la «masiva revaluación» de su moneda respecto del dólar y el euro.
Entre los asistentes al consejo de ministros urgente de Sarkozy estarán los de Hacienda, Francois Baroin; de Presupuesto, Valerie Pecresse; de Exteriores, Alain Juppe y de Asuntos Europeos, Jean Leonetti.
Sarkozy y algunos otros líderes europeos han sido criticados por permanecer en sus tradicionales vacaciones de agosto mientras los mercados financieros están atrapados en un torbellino. El mandatario galo estaba en la Riviera francesa a principios de semana.
El gobierno galo aspira ahora a un déficit del 5,7% del Producto Interno Bruto este año —frente al 7,1% en 2010— y de un 4,6% el próximo. Para 2013 espera alcanzar un déficit del 3% del PIB, objetivo que ha sido postergado en múltiples ocasiones, que Sarkozy atribuyó a la crisis financiera global.
«Adoptaremos las medidas necesarias para lograr estos objetivos», dijo Baroin, pero sin dar más detalles.
Baroin sugirió a principios de semana que Europa podría aumentar el fondo de rescate de la eurozona, la Agencia Europea de Estabilidad Financiera. Empero, Alemania, la mayor economía de la eurozona, se ha mostrando renuente a prestar más fondos de contingencia a los países en bancarrota.
Después que la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor’s redujera la semana pasada un peldaño la calidad de la deuda de Estados Unidos —hasta ahora de AAA, la máxima_, se extendió el temor de que Francia podría correr la misma suerte si sigue rescatando a los países más endeudados de la eurozona.