Nuevo debate por obras judí­as


Una visitante observa una pintura del austrí­aco Egon Schiele, en exposición en el Museo Leopold.

A pocos dí­as del 70 aniversario de la «Anschluss» -la anexión de Austria por la Alemania nazi- una exposición reabre en Viena el debate sobre la presencia en colecciones públicas o semipúblicas austrí­acas de obras de arte robadas a judí­os.


La polémica resurgió a raí­z de una exposición del museo Leopold de Viena dedicada al pintor tirolés Albi Egger Lienz, una figura del arte austrí­aco de principios del siglo XX que, según los detractores de esa institución, incluye más de una docena de obras de origen dudoso.

Entre las obras puestas en tela de juicio figura un retrato de campesinos pintado en 1910, que las autoridades nazis ofrecieron a Adolf Hitler para su cumpleaños en 1939, luego de haberlo robado a un arquitecto judí­o, Oskar Neumann.

El opositor Partido Verde calificó la exposición de la «mayor presentación de los últimos de arte robado en Austria» y reclamó la restitución de las obras a los herederos de sus legí­timos dueños.

El presidente de la comunidad israelita de Austria, Ariel Muzikant, exigió el lunes por televisión el cierre del museo Leopold hasta que éste aplique la legislación sobre la devolución de bienes judí­os.

Esa ley fue adoptada en 1998 después de que la justicia norteamericana incautara, durante una exposición en Nueva York, cuadros de Shiele reivindicados por familias judí­as… y que también procedí­an de la colección Leopold.

Gracias a esa ley, miles de obras pudieron ser devueltas en los últimos años a sus verdaderos dueños, entre estos cinco de los mayores cuadros de Gustav Klimt (1862-1918) vendidas por varios cientos de miles de euros en Nueva York en 2006.

Sin embargo, hasta ahora, el museo Leopold, uno de los más visitados en Viena, con una pinacoteca de 5 mil cuadros que incluye obras maestras de Klimt y la mayor colección mundial de Schiele (1890-1918), no la ha aplicado.

Creado y dirigido por el coleccionista Rudolf Leopold, esta institución goza del estatuto de fundación privada, aunque su fondo haya sido de facto vendido al Estado en 1994, a cambio de la construcción y la financiación del museo.

Muzikant exigió que la legislación sea inmediatamente modificada para que se aplique a esa fundación, una opinión que comparte el presidente de la máxima jurisdicción administrativa austrí­aca, Clemens Jabloner.

El ministerio de Cultura austrí­aco también reconoció «el deber moral de la República» a la hora de velar por la restitución de obras robadas mientras Austria se prepara para conmemorar, el 12 de marzo, el 70 aniversario del Anschluss.

La anexión de Austria a la Alemania nazi fue seguida por un saqueo sistemático de bienes, en particular culturales, de la población judí­a. Gran parte de las obras fueron halladas luego en colecciones públicas austrí­acas.

Rudolf Leopold, de 82 años, que se presentó a sí­ mismo como el «mayor coleccionista austrí­aco del siglo XX» y como quien «redescubrió a Schiele», desmintió haber comprado de forma deliberada bienes judí­os robados.

«Obras compradas legalmente y de buena fe deben poder quedarse en Austria», subrayó el semanario Falter, considerando que los herederos «sólo están interesados por el dinero».

El Fondo Nacional austrí­aco para las ví­ctimas del nazismo formulará a fines de marzo una serie de propuestas para mejorar la eficacia del proceso de restitución de obras robadas por los nazis.