Muere Tecún
Muere en solitario
muere que por Olintepeque tus guerreros corren
y por Ostuncalco tus valientes huyen.
Muere Tecún
Y arrastra en tu silencio el grito centenario
el llanto de tu pueblo errante por su tierra
ajeno en sus montañas, extraño en sus barrancos
Muere Tecún
Que lengua foránea se escucha en la sierra
que el bosque repite palabras intrusas
con otros sonidos cantan los cenzontles
y voces extrañas captan los venados
Muere Tecún
Que ondean al viento vistosos pendones
de sangre y de oro, de cruces y leones
y bestias montadas recorren las tierras
al paso soberbio del brioso galope.
Muere Tecún y descansa
recuesta en la arena tu noble cabeza
que un toque de sangre que no vaya al río
estampe con marca de fuego las plumas de jade
en el pecho abierto del ave nahual.
Que flote en el aire tu postrer suspiro
y lo eleve en sus alas esa ave esmeralda
y el último grito de tu pecho herido
arribe a los cielos y un día regrese
vestido de lluvia de mayo
Muere Tecún y no despiertes
que como neblina se esfuma el recuerdo
y con el olvido vuelves a morir.
Despierta otro día
cuando el quinto sol alumbre tus volcanes
y aguas cristalinas por el Xequijel transcurran.
Cuando un nuevo aliento como de huracanes
renueve la masa con otro maíz
despierta aquel día en que los blasones de León y Castilla
se hilvanen hermanos
con los estandartes del reino quiché.