Cuando suceden hechos como los que hemos estado viviendo, en nuestra ignorancia de cómo se deben de analizar estas situaciones, lo primero que se nos ocurre decir es que hay desestabilización. Para desestabilizar este gobierno no es necesario matar tantos pilotos del transporte público, para eso sólo se necesita usar algunos mecanismos para publicitar todas las medidas ilegales que se han tomado y la especie de latrocinio salarial a que somos sometidos por los funcionarios públicos, sin dejar de mencionar que los diputados cobran un salario para ellos, más otros para amigos o familiares.
La situación que se vive, más que una desestabilización da la impresión de ser una especie de reacomodo, ya que desde 15 días antes de las elecciones gran cantidad de estos grupos delincuenciales desaparecieron, posiblemente por que viajaron a países vecinos o a los Estados Unidos, legal o ilegalmente, pues temían un resultado electoral diferente al que se dio y que no regresaron inmediatamente, ya que tenían la duda de que sí las medidas inteligentes serían algo novedoso y prefirieron esperar, quedando el espacio libre para otros grupos por aproximadamente cuatro meses.
Ahora que vieron que todo era más de los mismo y que las famosas medidas no existían, decidieron volver, encontrando que muchos de los espacios que ellos ocupaban y los impuestos que cobraban, llegaban a nuevas manos, por lo que decidieron dar una demostración de fuerza, para recuperar el espacio perdido, por lo que se espera que además de los pilotos del transporte, también empiecen a ser eliminados los usurpadores, aunque no será tarea muy fácil, pues algunos de estos nuevos grupos están apoyados y dirigidos por algunos elementos de dudosa reputación que llegaron al poder como funcionarios de reciente ingreso.
Siendo que la situación que se avecina se ve bastante difícil, un estado de excepción es aconsejable, siempre y cuando se controle que las fuerzas de seguridad no abusen; que los nuevos funcionarios de dudosa reputación sean despedidos; que se legitime el gobierno dando marcha atrás a todas las medidas ilegales que han tomado, incluyendo los cargos que ha dado a sus familiares políticos; que promuevan leyes que eliminen de una vez por todas el latrocinio salarial a que hemos sido sometidos por funcionarios electos y nombrados y lo más importante es que se acuerde el señor Presidente que él y su Vicepresidente son los elegidos y no otras personas, por que se confió en su honestidad para hacer las cosas como se deben de hacer.