Un ciudadano cuando gana legalmente las elecciones para presidente, asume el cargo como UN PRESIDENTE LEGíTIMO. Esta fue la forma como ingresó a la presidencia el Ing. Colom. La legitimidad no es eterna, hay que cuidarla y protegerla para que dure todo el período presidencial. Para lograrlo hay que basar su mandato en actos legítimos, ya que cualquier acto fuera de la ley es ilegítimo y va deslegitimando a un gobierno hasta llegar a convertirlo en un presidente ilegítimo o sea de facto.
En sólo ocho días, se han cometido una serie de actos ilegítimos y el Presidente lo único que dice es que los guatemaltecos no comprendemos que su señora es muy importante, pero el que debe de comprender es él, que los actos ilegítimos no requieren comprensión sino que repulsa.
Si bien es cierto que la señora de Colom parecía ser el motor del partido y que ella organizaba, hacia y deshacía, participaba en todo, ordenaba, etc. Eso no puede cuestionarlo nadie, ni tampoco impedirlo, pero de eso a seguir haciendo lo mismo en el gobierno, hay mil kilómetros de distancia y en el camino por recorrer, está la Constitución de la República.
Un presidente no puede ni debe darse el lujo de deslegitimarse, pues su estabilidad depende de su legitimidad. Un presidente legítimo es inamovible aunque cometa errores involuntarios por su falta de carácter y de mando, como el error de dejarse mangonear por Joviel Acevedo, pero cuando los errores son producto de la terquedad como parece ser el presente caso, puede tener consecuencias insospechadas.
Muchos comentaristas dicen que se le deje gobernar y es muy poco tiempo para empezar las críticas, pero no se puede dejar de criticar algo que es abiertamente ilegal, pues si no, nos estaríamos convirtiendo en cómplices. Si usted no tuviera los asesores necesarios, sería conveniente disculpar sus errores, pero si los tiene y ellos le dicen que sí puede hacerlo, yo creo que es tiempo en que piense substituirlos por unos que no solo sepan decir, «si señor».
Bueno, usted es el Presidente, usted es el que supuestamente manda, si sus decisiones son erróneas nadie le va a echar la culpa a los asesores, sino que a usted, no se sonría cuando le den palmaditas de aprobación, pues lo que están haciendo, es protegiendo su puesto, aunque su nombre ruede por los suelos.