El presidente ucraniano Viktor Yushenko se reunió hoy en Moscú con su homólogo ruso Vladimir Putin, cuando faltan horas para que expire el ultimátum del gigante Gazprom, que amenaza con reducir su suministro de gas debido a una deuda sin saldar de Kiev.
El encuentro, dedicado teóricamente a la cooperación bilateral, va a estar dominado por el asunto de la deuda de Ucrania con Gazprom y a la futura entrada de Kiev en la OTAN.
Sin embargo, ninguno de los dos dirigentes quiso transmitir esta crispación al inicio de su encuentro.
El presidente ucraniano admitió que «hay cuestiones que deben discutirse de forma separada y pueden ser sensibles». «Pero estamos dispuestos a ello. Rusia siempre será nuestro socio estratégico», declaró.
Putin aseguró que esperaba «avanzar» como siempre ha ocurrido entre ambos países, que incrementan año a año sus intercambios comerciales y «diversifican» sus relaciones.
Poco antes, Putin autorizó la retirada de los radares rusos de Ucrania, país que espera entrar en la OTAN lo antes posible, una decisión que incomoda a Moscú.
Paralelamente al encuentro de los dos dirigentes, habrá una reunión igualmente crucial en la sede de Gazprom en Moscú. Será el último cartucho para evitar una nueva crisis entre el gigante ruso del gas y la compañía ucraniana Naftogaz.
Ayer, las conversaciones entre los responsables de ambos grupos fracasaron y Gazprom prorrogó su ultimátum algunas horas, hasta hoy a las nueve de la mañana (hora de Guatemala).
Gazprom amenaza con poner fin a sus entregas de gas ruso a Ucrania si Kiev no salda una deuda de unos 1 mil 500 millones de dólares.
El gas ruso representa un cuarto del total suministrado actualmente por Gazprom a Ucrania. El resto, que procede de Asia central y es vendido a un precio muy inferior al ruso, no está incluido en este ultimátum.
Gazprom garantizó a sus clientes occidentales que no se verán afectados en esta ocasión.
No es la primera vez que Rusia y Ucrania se enfrentan por esta cuestión del gas. En enero del 2006, un problema provocó una breve interrupción de sus entregas hacia Europa. Alrededor del 80% del gas ruso consumido en la Unión Europea pasa por Ucrania y el resto por Bielorrusia.
El punto crucial de este problema no es la deuda económica en sí misma sino la voluntad de una parte de los dirigentes ucranianos de renegociar las condiciones de entrega del gas.
La primera ministra ucraniana, Julia Timochenko, que llegó al poder en 2007, se mostró muy ofensiva e indicó que quería hacer pagar más a Rusia por el tránsito de su gas vía Ucrania y suprimir la intermediación de RosUkrEnergo, que garantiza las importaciones de gas en Kiev y está controlado a partes iguales por Gazprom y por dos empresarios ucranianos a los que se critica su falta de transparencia.
Pero Gazprom ha dejado muy claro que los contratos no se modificarán mientras las deudas no hayan sido liquidadas.