En ese parque de Sonsonate, El Salvador, era frecuente ver a Claudia y Luis Urrutia caminar tomados de la mano.
César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com
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Aunque el hecho era rutina, siempre atraía las miradas de todas las personas.
Y es que Claudia era una mujer bella, alta y esbelta; mientras que Luis tan sólo medía un metro con cuarenta centímetros de estatura.
En cierta ocasión, los comentarios de la gente fueron evidentes, y Claudia exclamó:
-¡Para algunos estamos locos, pero para nosotros nos amamos y somos felices!
Al escuchar esto, Luis sonrió y se puso de puntillas para darle un beso a su amada esposa, como lo viene haciendo desde hace 21 años.
EL VERDADERO AMOR ROMPE TODAS LAS BARRERAS