Diez retos para el gobierno de ílvaro Colom


ílvaro Colom deberá encarar desafí­os que pondrán a prueba su gestión, muy probablemente alterando sus objetivos y programa de gobierno.

El recién inaugurado gobierno del presidente ílvaro Colom deberá encarar desafí­os que pondrán a prueba su gestión, muy probablemente alterando sus objetivos y programa. Sin orden de incidencia estos son diez escenarios en distintos campos, seleccionados entre una serie de variables:


í‰dgar Gutiérrez,

Centro de Estudios Estratégicos y de Seguridad para Centroamérica (CEESC)

1. Graduar expectativas

Con un aparato público difí­cil de gobernar, una burocracia de bajo rendimiento, pobres y atados recursos de inversión, el Gobierno de Colom tendrá que graduar las expectativas sobre que a su administración se le calificará por el impacto de sus polí­ticas de mitigación del hambre y la pobreza. Aunque la dirección de su esposa, Sandra, es la mejor garantí­a, entre sus colaboradores, del énfasis en este campo, son grandes las limitaciones estructurales que debe superar.

2. Gobernanza en el Congreso

Ante el Congreso, el Gobierno de Colom tiene una actitud huraña, quiere minimizar contaminaciones, pero eso colisiona con la polí­tica y con una tradición de los diputados de injerencia en el gasto público y la colocación de plazas. A eso se suma la carencia de una mayorí­a parlamentaria y limitados operadores polí­ticos del Ejecutivo ante el Congreso. La excesiva fragmentación de bloques hará difí­cil levantar consensos y la aversión de los diputados aumenta, podrí­a provocar hasta una paralización del Ejecutivo acudiendo a fatigosas interpelaciones.

3. Seguridad pública

La visión excesivamente operativa de los principales cuadros de seguridad de Colom y la falta de coordinación -interna y con el MP- abre el riesgo de repetidos fracasos operacionales, reacciones violentas de las maras y alta rotación de personal de seguridad. A ello se suma el endurecimiento de las polí­ticas de contención en materia de seguridad fronteriza con México que, sin duda, escalará la violencia de narcos en departamentos como Petén, San Marcos y Huehuetenango, entre otros.

4. Escándalos de corrupción

En estas primeras semanas los medios de prensa han insinuado una vigilancia más estrecha sobre el comportamiento de los nuevos funcionarios y sus eventuales negocios corruptos y actos ilegales, actitud que fue notablemente laxa en el Gobierno de Berger. Una cadena ininterrumpida de escándalos podrí­a deteriorar durante el primer año la imagen interna y el prestigio internacional del Gobierno de Colom.

5. Relación con los grupos corporativos

Colom ha mantenido los funcionarios cercanos a los grupos corporativos que ejercen funciones autónomas y contraloras, y a su entorno llevó, como asesores informales, a varios de sus apoyos de campaña. Parece una relación de equilibrio, pero inestable. Y es que ciertas cabezas de corporaciones no sólo se ocupan de mantener el rumbo de la polí­tica económica de Berger, sino de vigilar que las cosas no salgan de su control, y ahí­ se incluye el prurito ante empresarios fuera del cí­rculo corporativo que ahora ascienden polí­ticamente, además de la incomodidad ante ribetes reformistas en la macroeconomí­a o tonos populistas de colaboradores del Presidente.

6. Endurecimiento migratorio

Los avances del muro fronterizo en el Rí­o Grande, el aumento de deportaciones y en general el acoso de inmigrantes en EE.UU. volverá más costosa la ruta migratoria en los próximos años. En consecuencia, aumentarán el subempleo y la economí­a informal, empeorando los cuadros de descomposición social y violencia urbana y áreas fronterizas. Ello vendrá acompañado de un crecimiento pausado de las remesas familiares con un impacto negativo en las economí­as familiares y en las cuentas externas nacionales.

7. Mundo financiero inseguro

Aunque Guatemala no es parte del centro nervioso financiero mundial -ahora en problemas- ni es su ví­ctima directa, los escenarios crispados no le vienen bien. Su talón de Aquiles es el sistema bancario -a pesar de su auto depuración- cuyas relaciones e inversiones en mercados financieros se desconocen a ciencia cierta. El riesgo de una nueva corrida financiera interna depende de la exposición de los depósitos e inversiones locales en operaciones que a veces resultan fraudulentas o ilegales.

8. Dependencia energética

Las alzas de precios de combustibles y energí­a fósil tienen un triple efecto negativo para los planes económicos del Gobierno: aumenta los costos de producción, merma la capacidad adquisitiva de las familias e introduce un factor que perturba la balanza externa del paí­s, lo que repercute en el fisco y el manejo de los instrumentos de estabilización financiera. Las inversiones estratégicas en el campo energético serán cruciales y el manejo de las expectativas de energí­a alterna y subsidiada.

9. Jugar la vuelta a la recesión

No obstante la recesión en EE.UU. y la alta dependencia comercial, el paí­s todaví­a tiene margen de maniobra para aumentar, diversificando y reforzando valor agregado, su comercio exterior y, además, mantener tasas de crecimiento. Aprovechar esos márgenes depende de una combinación de factores que incluyen una eficaz polí­tica exterior, el manejo de la seguridad interna y la profundización de las reglas de mercado. De alguna manera, remover el statu quo local.

10. Acompañamiento de la Internacional Socialista

Al notar las vulnerabilidades internas, Colom fijará su vista en los 50 gobiernos socialdemócratas pertenecientes a la Internacional Socialista (IS), interesados de apoyarle; entre ellos España, Gran Bretaña, Italia, Brasil, Chile, Argentina, Perú, Panamá, Nicaragua y Costa Rica. Una eventual dirección demócrata en la Casa Blanca le vendrí­a bien a Colom. Quiere decir, en este escenario, que su reserva de oxí­geno polí­tico descansará en la eficacia de su equipo diplomático.