El elefante y el dragón (Parte 1 de 3)


A lo largo de su historia China y la India poseedoras de riquí­simas y extensas culturas milenarias han sido representadas por una serie de deidades (en el presente aporte no habré de abordar la composición social y la religiosidad de los pueblos, este será tema para otra columna que he titulado «ecumenicus» y que se encuentra í­ntimamente vinculada a la religión y los conflictos).

Lic. Carlos Escobedo

Ghanesa o Ganes hijo de Shiva y Parvati es considera como el enemigo destructor de obstáculos, representa el triunfo de la sabidurí­a sobre la ignorancia y de la carencia de ego sobre los deseos. Ghanesa representa en definitiva el Comandante Supremo de los gaana: huestes que triunfan sobre el mal. Tengamos presente al elefante como una utilí­sima herramienta de transporte y su rol en la economí­a de esta Nación.

Por otro lado el Lung, que en esencia es una divinidad benevolente y tenida en alta consideración, representada por el Dragón, es considerado de acuerdo a la tradición China como el Dios con capacidad de alcanzar un tamaño inimaginable como para sumir en la sombra al mundo entero.

Tomando en consideración estos elementos de trasfondo y como he dicho anteriormente como elementos de composición social que derivan en elementos económicos y de poder (polí­tica), es necesario analizar a estas dos potencias mundiales tomando los elementos mí­sticos que originan su pensamiento y su cosmovisión y que se traduce en la forma de «hacer las cosas» de llevar a cabo proyectos concretos.

Es incuestionable el rol cada vez más prominente en la economí­a mundial de estas dos poderosas naciones las cuales ocupan el primero y segundo lugar en población del mundo, con crecimientos sostenidos de dos dí­gitos, con altí­sima inversión en educación, Hi – tech y con un salto cuántico de los servicios de bienes de capitales (conversión de materia prima) a los servicios intelectuales de Hi-know (materia gris), con un poder de compra y de penetración de mercados al mismo tiempo, que sin duda proyectan a INDIA y CHINA como inminentes potencias mundiales.

Antes de continuar y para hilvanar coherentemente mi análisis, habrá que tenerse en consideración algunos elementos importantes que se vinculan al desarrollo económico y espectacular crecimiento, el elemento polí­tico y el entorno internacional, elementos que derivan en un complejo escenario en donde se evidencia los odios étnicos y los conflictos limí­trofes aupados por el integrismo religioso que golpea constantemente. Sume a ello, los movimientos insurgentes que se mueven entre un lado y otro de la frontera entre India y Pakistán y el análisis que se desprende de las relaciones internas de la propia China (Nepal y Taiwán). Quiero decir con lo anterior, que el análisis simple y la simple repetición de cifras macro económicas no pueden ser soslayadas de un análisis mas complejo y que involucra relaciones sociales y de poder, esto, con la finalidad de entender a estas dos super naciones con capacidad nuclear y con intereses mutuos, pero al mismo tiempo con intereses que derivan en antagonismos -pendiente por definirse un diferendo limí­trofe entre ambas naciones, así­ como diversos puntos de agenda que mas adelante comentaré.

Pretendo, al referirme metafóricamente al Elefante (India) y al Dragón (China), sacar conclusiones desde nuestra posición geoestratégica como Nación (Guatemala) de cuales podrí­an ser los elementos de una polí­tica exterior que responda a nuestros reales y auténticos intereses y que no se supedite al simple, repito simple repetir de cifras macro.

Como primera cuestión, debemos ver a India como un importante socio comercial con posibilidades de inversión directa en el paí­s, no debemos olvidar su avance tecnológico en producción primaria e industria automotriz, así­ como su altí­sima investigación en medicina nuclear y farmacéutica, al mismo tiempo, una homogeneidad cultural derivada de la diversidad y del campo. Por ello, nuestro principal interés, por el momento, debe centrarse en una primera etapa, en el fortalecimiento económico, subsecuentemente o como consecuencia de ello, habrá de derivar en un acercamiento polí­tico autentico y claro que nos arrastre paulatinamente a obtener un importante socio polí­tico en Asia y que se traduzca en apoyo en los foros multilaterales.

La República de la India puede representar nuestro punto de entrada a un mercado ambicionado, el mercado Chino, que sin duda no reconoce fronteras dentro de los esquemas de liberalización comercial, es decir, veamos nuestra asociación con India como una oportunidad para conocer mejor a los mercados asiáticos y el intercambio comercial con el mercado Chino sin dañar nuestra relación con Taiwán. Continuara…

Politólogo guatemalteco con orientación en Relaciones Internacionales y estudios de post grado en Derecho Internacional y Polí­tica.