A lo largo de su historia China y la India poseedoras de riquísimas y extensas culturas milenarias han sido representadas por una serie de deidades (en el presente aporte no habré de abordar la composición social y la religiosidad de los pueblos, este será tema para otra columna que he titulado «ecumenicus» y que se encuentra íntimamente vinculada a la religión y los conflictos).
Ghanesa o Ganes hijo de Shiva y Parvati es considera como el enemigo destructor de obstáculos, representa el triunfo de la sabiduría sobre la ignorancia y de la carencia de ego sobre los deseos. Ghanesa representa en definitiva el Comandante Supremo de los gaana: huestes que triunfan sobre el mal. Tengamos presente al elefante como una utilísima herramienta de transporte y su rol en la economía de esta Nación.
Por otro lado el Lung, que en esencia es una divinidad benevolente y tenida en alta consideración, representada por el Dragón, es considerado de acuerdo a la tradición China como el Dios con capacidad de alcanzar un tamaño inimaginable como para sumir en la sombra al mundo entero.
Tomando en consideración estos elementos de trasfondo y como he dicho anteriormente como elementos de composición social que derivan en elementos económicos y de poder (política), es necesario analizar a estas dos potencias mundiales tomando los elementos místicos que originan su pensamiento y su cosmovisión y que se traduce en la forma de «hacer las cosas» de llevar a cabo proyectos concretos.
Es incuestionable el rol cada vez más prominente en la economía mundial de estas dos poderosas naciones las cuales ocupan el primero y segundo lugar en población del mundo, con crecimientos sostenidos de dos dígitos, con altísima inversión en educación, Hi – tech y con un salto cuántico de los servicios de bienes de capitales (conversión de materia prima) a los servicios intelectuales de Hi-know (materia gris), con un poder de compra y de penetración de mercados al mismo tiempo, que sin duda proyectan a INDIA y CHINA como inminentes potencias mundiales.
Antes de continuar y para hilvanar coherentemente mi análisis, habrá que tenerse en consideración algunos elementos importantes que se vinculan al desarrollo económico y espectacular crecimiento, el elemento político y el entorno internacional, elementos que derivan en un complejo escenario en donde se evidencia los odios étnicos y los conflictos limítrofes aupados por el integrismo religioso que golpea constantemente. Sume a ello, los movimientos insurgentes que se mueven entre un lado y otro de la frontera entre India y Pakistán y el análisis que se desprende de las relaciones internas de la propia China (Nepal y Taiwán). Quiero decir con lo anterior, que el análisis simple y la simple repetición de cifras macro económicas no pueden ser soslayadas de un análisis mas complejo y que involucra relaciones sociales y de poder, esto, con la finalidad de entender a estas dos super naciones con capacidad nuclear y con intereses mutuos, pero al mismo tiempo con intereses que derivan en antagonismos -pendiente por definirse un diferendo limítrofe entre ambas naciones, así como diversos puntos de agenda que mas adelante comentaré.
Pretendo, al referirme metafóricamente al Elefante (India) y al Dragón (China), sacar conclusiones desde nuestra posición geoestratégica como Nación (Guatemala) de cuales podrían ser los elementos de una política exterior que responda a nuestros reales y auténticos intereses y que no se supedite al simple, repito simple repetir de cifras macro.
Como primera cuestión, debemos ver a India como un importante socio comercial con posibilidades de inversión directa en el país, no debemos olvidar su avance tecnológico en producción primaria e industria automotriz, así como su altísima investigación en medicina nuclear y farmacéutica, al mismo tiempo, una homogeneidad cultural derivada de la diversidad y del campo. Por ello, nuestro principal interés, por el momento, debe centrarse en una primera etapa, en el fortalecimiento económico, subsecuentemente o como consecuencia de ello, habrá de derivar en un acercamiento político autentico y claro que nos arrastre paulatinamente a obtener un importante socio político en Asia y que se traduzca en apoyo en los foros multilaterales.
La República de la India puede representar nuestro punto de entrada a un mercado ambicionado, el mercado Chino, que sin duda no reconoce fronteras dentro de los esquemas de liberalización comercial, es decir, veamos nuestra asociación con India como una oportunidad para conocer mejor a los mercados asiáticos y el intercambio comercial con el mercado Chino sin dañar nuestra relación con Taiwán. Continuara…
Politólogo guatemalteco con orientación en Relaciones Internacionales y estudios de post grado en Derecho Internacional y Política.