Sueños de ayer, pesadillas de hoy


«Aunque parezca que este tema es algo fuera de contexto en una Revista Cultural, quiero que se conozca la incidencia que ha tenido la Hidroeléctrica de Pasabién, en la oposición que se ha generado a la construcción de la Hidroeléctrica de Rí­o Hondo, ya que aunque muchos no lo crean, la generación de energí­a eléctrica por este medio fue en otros tiempos el sueño de los residentes antiguos de todas la poblaciones orientales al pie de la Sierra de las Minas.

Guillermo Castañeda Lee, Céd R-19 No. 997, Teculután, Zacapa

Los que ya vamos de salida, recordamos aquellos tiempos cuando oí­amos decir que nuestros ancestros hablaban de construir una Hidroeléctrica para salir de la oscuridad fí­sica en que se encontraban estos pueblos allá por los principios del siglo XX.

Tales recuerdos no son ningún invento del que escribe, sino que únicamente digo lo oí­a decir y probablemente lo que usted oyó decir a persona mayores, lo cual puede corroborarse fácilmente, a algunos de los experimentos que hicieron algunas personas, los cuales se encuentran descritos en el documento histórico «medio siglo y un poco más», recopilado por la insigne teculuteca, Aí­da Cordón Castañeda de Franco, así­ como el folleto publicado a mediados del siglo pasado por Gabriel íngel Castañeda, donde se muestra el júbilo por la entrada en funcionamiento de la hidroeléctrica que funcionó en Santa Rosalí­a Mármol para el servicio de Teculután.

Sumando a lo anterior, recuerdo una Plática que tuve con el mayor Marco Antonio Franco Chacón allá por los años ochenta, quien me propuso unir esfuerzos para lograr que se tomara en cuenta el rí­o Teculután para la construcción de una Hidroeléctrica, aprovechando que el Gobierno de ese entonces, estaba interesado en la electrificación del Paí­s, usando el potencial de los rí­os. Producto de esa plática se hicieron algunos contactos, pero no se obtuvo ningún resultado.

Quienes conocieron al Mayor Franco Chacón, que fuera Presidente del Congreso de la República, durante uno de los gobiernos revolucionarios, saben que era una persona de ideales y que precisamente fue electo presidente de tan alto organismo por la visión clara que tení­a de la realidad nacional y que nunca pudo haber propuesto algo que el creyera que podrí­a atentar contra el bienestar de los orientales, tal como podrí­a suceder si esta misma propuesta se hiciera en estos tiempos. Entre las ventajas que me mencionó si se construí­a una hidroeléctrica, recuerdo que estaban las de poder negociar una energí­a eléctrica más barata, algo sobre la distribución del agua, etc.

Todo lo anterior es cosa del pasado; hablar de construir una hidroeléctrica es tocar un tema tan espinoso y tan delicado que podrí­a dar lugar que sus mismos coterráneos lo declararan non grato y algunos podrí­an hasta decir que Ud. es emisario de la Transnacionales, etc.

Viendo la otra cara de una misma moneda, podrí­a mencionar que cuento con algunos amigos que residen en Monte Grande, Rí­o Hondo, que son personas honorables y que desean el bienestar de su comunidad, pero que a diferencia del pensamiento de aquel entonces del Mayor Franco Chacón, estos se oponen a la construcción de Hidroeléctricas, argumentando que la construcción de la Hidroeléctrica de Pasabién ha ocasionado el deterioro de los servicios de agua y algunos otras clases de contratiempos para sus comunidades, asunto que según expertos en la materia es muy difí­cil que suceda, salvo de que se hiciera intencionalmente con un fin premeditado.

Analizando estos argumentos, vemos con tristeza como se puede dar el caso de que compañí­as, que construyen tan monumentales obras, no puedan o no tengan la voluntad de solucionar problemas tan simples si es que existieran, para evitar crear situaciones verdaderamente lamentables para las comunidades, dándose un clima de tensión innecesario, lo que deberí­a de ser cierto merecerles sanciones o por lo menos acreedoras de una llamada al orden por parte del Ministerio de Energí­a y Minas, ya que estamos seguros que una compañí­a que opera una hidroeléctrica no tendrí­a que sacrificar mucho de su sutilidades para satisfacer las supuestas justas demandas que se le hacen.

Debido estos problemas y al cambio tan drástico de opinión que ha sufrido un mismo tema en tan pocos años, las preguntas que me vienen a la mente son tantas pero que las mas importante serí­a que, si a la Hidroeléctrica de Parabién no se le hubiese achacado el haber ocasionado el deterioro de los Servicios de Agua Domiciliar, posiblemente no hubiera habido ninguna oposición a la construcción de la Hidroeléctrica de Rí­o Hondo, pues aunque no parezca relacionado, la oposición nació como consecuencia de la protesta de los usuarios el servicio de agua que se extrae del Rí­o Pasabién que fue aprovechada perfectamente por los activistas para soliviantar los ánimos de la población de Rí­o Hondo.

Estos comentarios se hacen confiando y creyendo que los problemas que me han expuesto son reales y no producto de la inventiva y que de ser verdaderos, merecen una solución inmediata».