Julio César, que con 23 años suma ya varios en prisión, aspira a triunfar con su banda de rap «Poder con Senti2», que según dice nació gracias a la formación en arte que da el sistema penitenciario cubano; pero ex reos políticos aseguran que es «farsa» y las cárceles un «infierno».
Vestidos con sus trajes de reclusos azul grisáceo, los cuatro integrantes del grupo cantaron «Adelante Comandante» agitando sus manos a ritmo de rap, moviéndose con soltura en la tarima instalada en la prisión de Guamajal, en Santa Clara, 280 km al este de La Habana.
«Adelante Comandante, de 26 en 26 (de julio, principal fiesta revolucionaria) seguiremos adelante. Y contra el imperialismo (…) coge el bate Cuba», reza la canción.
Su intervención fue muy aplaudida entre los 1.500 presos que presenciaron un concierto que ofreció Silvio Rodríguez y otros músicos cubanos, en una gira por las cárceles como parte de un programa de rehabilitación de reos.
«La libertad es una cosa que anhelamos. Pero estar sin libertad de esta forma es productible. Antes andábamos con la cabeza muy loca, éramos muy chiquitos, aquí he estudiado y me he enfocado en lo que me gusta. Esto me abrió las entendederas», dice Leandro, de 24 años, que lleva nueve en prisión y aún le restan dos.
Al igual que Julio César y los otros, Leandro dice que tiene «la idea fija» de seguir en la música. «Es lo que me interesa, para ver si puedo hacer el bien. Queremos llegar al infinito y más allá», dice, sonriente.
«Estamos estudiando música, vamos a la escuela y nos preparamos físicamente», dijo Duniesky Vargas, de 22 años, otro de los raperos. «Somos productivos», dijo Julio César, al precisar que su repertorio tiene unas 37 canciones en rap y reggaetón.
Pero la oposición al Gobierno de Fidel sostiene que más que arte, en las cárceles urgen mejores condiciones, que califican de «infrahumanas», y la puesta en libertad de los presos políticos.
«Todo es una falsedad, una fachada. Son algunos los reos que tienen privilegio, que le venden su alma al diablo por algunas condiciones y dicen lo que el Gobierno quiere que digan», dijo Francisco Chaviano, excarcelado en agosto pasado luego de purgar 13 años y tres meses, acusado de revelar secretos de seguridad del Estado.
Chaviano, ex profesor de 54 años y uno de los prisioneros de conciencia más antiguos del mundo, afirma que «las condiciones son terribles». «Es un estado de desastre total. Las prisiones en Cuba son un infierno», dijo.
«Esto es una gran farsa. Una gran hipocresía ir a cantarle a los presos sin ver sus condiciones», añadió Guillermo Fariñas, quien fue encarcelado en 1996, 1998 y 2002, para un total de casi cuatro años.
Sicólogo de 45 años y ex combatiente en Angola, Fariñas asegura que existe «represión, mala alimentación e higiene, escasez de agua, matonismo, falta de humanidad y de respeto a las propias leyes del socialismo».
Según la ilegal pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos, en la isla existen unos 80 mil reos por delitos comunes y 234 presos políticos, pero el Gobierno sostiene que los opositores son mercenarios de Estados Unidos.
«Nosotros no tenemos presos políticos, tenemos presos contrarrevolucionarios y por delitos comunes», declaró a la prensa internacional en Guamajal el teniente coronel Rafael García, especialista en el tratamiento de reos, quien asistió al concierto.
La presentación en Guamajal cerró una gira por ocho prisiones con la que Silvio Rodríguez y otros músicos cubanos buscaron contribuir con la «sensibilización» dentro de lo que el trovador llamó las «zonas incómodas» de Cuba.