Plutocracia o rescate del Estado (Titular)


Miguel íngel Reyes Illescas

Centro de Estudios Estratégicos y de Seguridad para Centroamérica (CEESC)

Los primeros dí­as de la administración del presidente Colom y las semanas que precedieron, han evocado una Guatemala sin sobresaltos pero con perspectivas ambiguas. La conformación del Gobierno y las propuestas de acciones inmediatas no inquietaron sensiblemente al statu quo pero tampoco entusiasmaron a la ciudadaní­a. Para analistas, sin embargo, las expectativas bajaron y avizoran inestabilidades que ya muestran las primeras fisuras.


La composición del Gobierno

La conformación del conjunto gubernamental es relativamente similar a la del gobierno de Portillo y con salvedades relativamente similar su origen y la composición abigarrada de los intereses de sus «fuerzas» internas: a) financistas-empresarios de capital emergente; b) miembros de organismos de seguridad relacionados con fracciones de ex militares con alta capacidad de control del aparato estatal; c) funcionarios de origen socialdemócrata/socialcristiano; y d), figuras seleccionadas de la organización social al mando de entidades públicas.

Una de las diferencias radica en la articulación de los principales núcleos de poder interno. En el gobierno de Portillo, más cohesionados, con un partido mayoritario en el Ejecutivo, en el Legislativo y en las municipalidades. En el gobierno de Colom, con diferencias incluso entre los primeros y segundos mandos de entidades decisivas, salvo el núcleo directivo en finanzas-relaciones exteriores-economí­a.

Es prematuro prever la dirección, contenido y alcances concretos de las acciones de los primeros cien dí­as de gobierno, el discurso de toma de posesión no colaboró para conocerlas, más bien recordó que quizá otra vez el paí­s se encuentre frente a una presidencia de promesas. Sin la propuesta de acciones de impacto y de envergadura en los primeros meses, sólo podrá presentarse a la administración una segunda oportunidad para programas y medidas estratégicas, en el 2009. En el 2010 ya comenzará su salida.

El perí­odo de gracia

Lo más significativo de la propuesta inicial de Colom pareciera ser la reorganización administrativa en la cúspide del aparato estatal. El conjunto de cambios apunta a garantizar niveles de coordinación según áreas de competencias con últimas decisiones en los altos mandos. La debilidad radica en las diferencias de intereses entre las coordinaciones y sus niveles jerárquicos. Otra propuesta atractiva que puede generar impactos sociales positivos en el corto plazo son las transferencias escolares y las condicionalidades para su ejecución efectiva.

Pero la frágil integración inicial podrí­a desbalancearse en los primeros meses, máxime si se articulan oposiciones sociales, polí­ticas y económicas abanderadas por la gran prensa. Entonces las decisiones estratégicas comenzarí­an a pasar a los tradicionales actores de poder económico por medio de sus representantes en el Ejecutivo y en el Legislativo.

Sin embargo, la configuración actual cuenta con puntos de apoyo para evitar este escenario. Dos de ellos son: a) el centro de dirección institucional de la cohesión social; b) el núcleo económico-financiero-relaciones exteriores, ambos con recursos suficientes para evitarlo. Sobre todo si se ajusta la legalidad y se impiden con firmeza los negocios paralegales y la corrupción. Otros dos serí­an, c) las coordinaciones interinstitucionales; y d) las que pueda derivar Secredehpaz (fusión de Copredeh y Sepaz), que, aunque con menos instrumentos, pueden habilitar el escenario si superan los diálogos para la «gobernabilidad» que manipularon gobiernos anteriores, en favor de diálogos efectivos para la solución de las demandas sociales.

En el armado de este escenario de los cien dí­as, el perceptible apoyo internacional socialdemócrata deberí­a manifestarse sustantivamente de inmediato y se deberí­an honrar sin reticencias los compromisos acordados con el gremio magisterial. Se reforzarí­a la necesaria estabilidad en este perí­odo de arranque y se darí­a credibilidad a la opción ideológica que dice representar. El sindicato magisterial es quizá el último actor para impedir el dominio del régimen plutocrático-dinerario en la cultura y en la polí­tica.

De no ser así­ la carencia de propuestas de reformas sustantivas en este perí­odo inicial dejará, de nuevo, esperando al votante del interior, otro gobierno que asuma con carácter la superación de sus ingentes carencias. Recordemos que fue él, quien salvó la captura total del proceso electoral por parte de los poderes tradicionales.

«La frágil integración inicial podrí­a desbalancearse en los primeros meses, máxime si se articulan oposiciones sociales, polí­ticas y económicas abanderadas por la gran prensa»

Miguel íngel Reyes.