Julio Zadik, imágenes de una época


zadik_1a

Desde el pasado jueves, en la Galerí­a Sol del Rí­o (14 Av. 15-56, zona 10), se inauguró la muestra “Julio Zadik, imágenes de una época”, la cual permanecerá abierta hasta fin de mes.

zadik_1bzadik_1czadik_1dzadik_1ezadik_1fzadik_1g

POR LUISA GONZíLEZ-REICHE

La exposición consta de 30 imágenes de 76 x 50 pulgadas. Se trata de fotografí­as tomadas entre 1940 y 1970 con una cámara fotográfica LEICA en diferentes pelí­culas blanco y negro de 35 mm. Digitalizadas por Estudio A2 e impresas en papel 100% algodón en el Taller Experimental de Gráfica. Guatemala, junio 2011.

Hace sesenta años una generación de jóvenes artistas, entre la que figura Julio Zadik como único fotógrafo, marcarí­a una época en este paí­s, alcanzando una calidad y tamaño de producción no igualada hasta pasados los años noventa.

Esa calidad es caracterí­stica de la fotografí­a de Zadik, que recorrió Guatemala entera y luego el mundo empujado por su curiosidad, utilizando la fotografí­a como pretexto y la poesí­a como estilo.

Sin embargo, la fotografí­a no adquirirí­a validez artí­stica sino hasta mucho más tarde. Y es que Julio Zadik vivió en el momento justo, y no. Su trabajo no fue reconocido entonces y su obra fue vista sólo en contadas ocasiones. Aún así­ Zadik no dejó en ningún momento de producir imágenes extraordinarias, en muchas ocasiones a la vanguardia de lo que sucedí­a en el resto del mundo. Grandes fotógrafos europeos como Moegle y Rodchenko experimentaban casi al mismo tiempo con vistas aéreas de escenas callejeras, construcciones y texturas a partir de la luz y la sombra, creando imágenes que los harí­an pasar a la historia.

De la misma manera, Cartier-Bresson, cuyas imágenes fueron reconocidas por su capacidad de congelar escenas sencillas y hacerlas trascendentales, no se diferencian de las de Julio Zadik. El equilibrio de sus fotografí­as se encuentra en un punto impalpable, resultado en un conocimiento profundo, construido sólo a partir de la práctica y la experimentación, de esa persecución meticulosa e infinita. Así­, los objetos cotidianos son presentados en perspectivas y Julio Zadik en Sol del Rí­o situaciones inesperadas y las calles, de cualquier ciudad, se convierten en un filtro de la realidad, donde la ésta adquiere un sentido único e independiente.

La fotografí­a no era para Zadik una profesión sino una forma de vida, era la manera de probar su propia existencia. Su intención no era la de documentar o representar el mundo, sino asumir la fotografí­a como medio de expresión autónomo con el que construyó un nuevo lenguaje. Ese lenguaje se veí­a constantemente alimentado por sus innumerables viajes y por la estrecha relación que mantení­a con los grandes artistas de la época (cuyo trabajo se reproducí­a en la Litografí­a Byron Zadik & Co.) como Carlos Mérida, Humberto Garavito y Dagoberto Vásquez, entre otros.

Seleccionadas de entre 11mil negativos, pertenecientes al Estate Julio Zadik, y editadas por el fotógrafo Andrés Asturias, esta muestra reúne obra inédita, creada en un momento y en un paí­s que no estaba listo para ellas, pero que ahora las redescubre con asombro. La creatividad de un artista que con cámara en mano nos lleva constantemente por nuevos viajes de descubrimiento a través de las imágenes de una época.