Edmund Hillary alcanzó su última cima: murió


Un hombre pone una veladora a la imagen de Sir Edmund Hillary, quien conquistara por primera vez el Everest.

Sir Edmund Hillary, el primer hombre que logró conquistar la cima de la montaña más alta de la Tierra, el Everest, murió hoy a la edad de 88 años.


El célebre alpinista, conocido por su modestia y su generosidad, murió de un ataque al corazón en el hospital de Auckland, anunció el establecimiento en un comunicado. Su estado de salud se habí­a deteriorado en los últimos años.

«Sir Ed se describí­a a sí­ mismo como un neozelandés promedio con capacidades modestas. En realidad era un coloso», declaró la primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, en un comunicado.

«Fue una figura heroica que no sólo dominó al Everest sino que vivió su vida con determinación, humildad y generosidad», agregó.

Las banderas del paí­s ondeaban hoy a media asta antes de celebrar funerales nacionales, cuya fecha estaba aun por determinar.

Acompañado por su amigo el sherpa Tensing Norgay, que murió en 1986, Hillary fue el primer hombre que alcanzó, el 29 de mayo de 1953, el techo del mundo, a 8.848 metros de altitud en la cadena del Himalaya.

Los logros del alpinista, cuyo rostro jovial aparece en los billetes de cinco dólares australianos, «continúan inspirando a nuevas generaciones de neozelandeses, como lo han hecho durante más de medio siglo», subrayó Clark.

La primera ministra rindió también homenaje al compromiso de Hillary en la defensa de los sherpas del Himalaya, con la construcción de escuela y hospitales.

En Nepal, la noticia de su muerte provocó consternación en la comunidad de sherpas, que juegan un papel fundamental para preparar las expediciones de los alpinistas extranjeros.

«Lo consideramos como un segundo padre», declaró Zimba Zangbu, vicepresidente de la Asociación de Alpinismo en Nepal.

Por su parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, recordó a «un héroe realmente extraordinario».

El éxito de la expedición de conquista del Everest fue anunciado públicamente el 2 de junio de 1953, dí­a de la coronación de la reina Isabel II de Inglaterra, que unos dí­as después ennobleció al aventurero.

Hillary y Norgay formaban parte de una expedición dirigida por un coronel británico, John Hunt, que habí­a literalmente sitiado la montaña con nueve campamentos de altitud, contra los cuatro que se instalan generalmente hoy en dí­a.

Trescientos porteadores llevaron diez toneladas de material al campamento base.

Hillary y sus compañeros tuvieron que descubrir ellos mismo la ví­a, superando uno a uno los obstáculos sin beneficiar de las ayudas de las que se dispone hoy.

Tras conquistar el Everest, este ex apicultor se lanzó a otra gran aventura en 1957, instalando la base Scott en la Antártida y conduciendo el primer vehí­culo terrestre al polo sur el 3 de enero de 1958.

En 2003, en la conmemoración de su ascenso, Sir Edmund Hillary se describió a sí­ mismo en la revista National Geographic como «un viejo neozelandés que se divirtió superando varios desafí­os durante su existencia».

«La victoria en el Everest me parece menos importante en muchos aspectos que otras actividades durante mi vida, especialmente las dedicadas a mejorar la suerte de mis amigos sherpas», afirmó.

En 54 años, más de 3.500 personas lograron subir al Everest, por la ví­a sur, la más fácil, procedentes de Nepal, o por la cara norte partiendo de Tí­bet.

Debido a la afluencia, la montaña se ha transformado, convirtiéndose en algunos lugares en un verdadero basurero de botellas de oxí­geno vací­as.