«No pregunten muladas» y lágrimas electorales


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No cabe duda que este proceso electoral ha tenido de todo. He vivido muchos de estos procesos, pero ninguno como este. Cuando imperaron los regí­menes militares y grupos paramilitares encubiertos en partidos polí­ticos, los fraudes electorales eran abiertos, cí­nicos, a la vista de todos, pero la indolencia y el temor evitaba la reacción de los guatemaltecos ante estas situaciones. A partir del inicio de la «era democrática» como curiosamente se le llaman a los últimos 25 años de desventuras nacionales. Estas elecciones han tenido cosas que asombran, otras que indignan y otras que dan risa.

Héctor Luna Troccoli

 


Hay candidatos que van desde supermanes, hasta enviados del Señor y lo más asombroso es que por primera vez se está pretendiendo aplicar la Constitución, lo cual podrí­a quedar truncado en las próximas horas, dependiendo del fallo que dicte la Corte de Constitucionalidad en el caso de Sandra Torres.

 Escribo este comentario unas pocas horas después de finalizada la vista pública en la CC y con temor vuelvo a decir lo que señalé en al menos dos artí­culos escritos hace ya cierto tiempo, en torno a este caso y el de Arzú, quien al final se dio cuenta que no podí­a ser candidato a la Presidencia, en cuanto a que doña Sandra ganará en la Corte por 4 o 5 votos contra 3 o 2. Y créanme, deseo con toda el alma equivocarme, será una de las equivocaciones que no lamente, sino por el contrario, me agrade.

  Volviendo a los últimos acontecimientos, una de las cosas que no sorprende es la actitud agresiva de ílvaro Arzú contra los medios de comunicación en general, ya que ni siquiera respeta a los de su amigo íngel González, que no obstante, le cubren las espaldas.

 Recordemos que este temperamental personaje, recién llegado a tu Muñí­, le pegó una bofetada a un sindicalista que le pidió tener una reunión para discutir ciertas mejoras laborales. Luego, todo ha sido una interminable reacción hepática a lo que no le parece y a berrinches mediáticos que sus seguidores y siervos, aplauden con singular devoción.

  El domingo pasado, en Quetzaltenango, un grupo de periodistas locales le preguntó a la señora Patricia de Arzú, candidata de los unionistas, por el caso de una candidata a alcaldesa de Colomba que tení­a orden de captura de un tribunal por estafa al haber vendido un terreno que no era suyo en Q700,000. Antes de que la candidata y esposa del alcalde diera una respuesta su esposo se abalanzó sobre los periodistas y les dijo que «no preguntaran muladas» y que «solo decí­an estupideces» e intentó seguirlos, posiblemente para agredirlos, por lo que su seguridad personal tuvo que intervenir para evitarlo.

  Esto no sorprende pero si indigna y molesta porque era una pregunta periodí­sticamente válida, ni abusiva, ni estúpida, ni tampoco una mulada. La mulada posiblemente fue de algún otro.

  Es cierto que la señora de Arzú no tiene colmillo polí­tico para enfrentar ciertas situaciones que en algunos casos son comprometedoras, pero estoy seguro que debido a su fe en el Señor hubiera recurrido a dar una respuesta más inteligente que la que dio su marido, empujado por la ira de Satanás que lo agobia.

  El otro caso, que sí­ causó asombro fue el escuchar la doliente y lastimera voz de la señora Torres en la última vista pública, así­ como las dos veces que derramó lágrimas, victimizándose aún más porque, según cree no la quieren dejar participar en la contienda electoral, pese a que más de un millón de personas se lo han rogado, suplicado y pedido con absoluta veneración.

 Contrató la humildad y las lágrimas de la candidata con los tres años y medio que dirigió al paí­s y sus programas sociales como le dio la gana y según me cuentan varios de los funcionarios, sus palabras cuando requerí­a algo no eran de dulzura, no solo por el tono en que las decí­a, sino por las palabras que usaba, que aunque están en el diccionario, es impensable creer que una mujer las use para amedrentar y ordenar a un funcionario.

  Otro aspecto preocupante es ver las carreras del Tribunal Supremo Electoral para gastar el dinero que se le asignó para que todo lo que por ley le corresponde esté listo el 11 de septiembre. Es pasmosa la tranquilidad que demuestran y las compras que sin licitación hacen. Honestamente, aunque no tengo vela en ese entierro, estoy más nervioso y preocupado que cualquier achichincle electoral.

LA SOMBRA DE CIPRIANO SOTO. Tal parece que en el la Corte de Constitucionalidad vuelve a parecer la sombra de Cipriano Soto, el «magistrado», que dirigió con cinismo nunca visto, la resolución de aceptar la candidatura de Rí­os Montt. Ojalá en los magistrados  surgiera la luz de un Examinandas González Dubon, de los pocos jueces constitucionales que son ejemplo y orgullo de Guatemala.