Alemania, que durante largo tiempo fue uno de los Estados europeos más permisivos en materia de consumo de tabaco, experimentará a partir del 1 de enero una pequeña revolución instaurando en sus bares y restaurantes zonas donde está estrictamente prohibido fumar.
A partir de ayer, estará prohibido fumar en los lugar públicos, y especialmente en los bares, restaurantes y discotecas en los ocho nuevos Estados regionales (Lí¤nder), de los 16 que tiene el país.
Tres Lí¤nder aplican ya legislaciones similares desde hace meses, y los otros deberán seguir entre febrero y julio próximos. Todo el país estará dotado en 2008 de leyes menos tolerantes con los fumadores.
Contrariamente a los otros Estados europeos –entre ellos Francia– en los que los cigarrillos están totalmente prohibidos en los «lugares de convivencia», esta prohibición estará sin embargo acompañada de excepciones en la mayor parte de las regiones alemanas.
Los restaurantes podrán conservar una sala de «fumadores» siempre que esté separada del lugar reservado a los no fumadores. Hasta ahora, la instauración de una zona de «no fumadores» estaba librada a la apreciación del propietario del local.
Sólo Baviera (sur, 12,5 millones de habitantes) ha decidido prohibir totalmente las zonas de fumadores, incluso bajo las carpas gigantes de la célebre Fiesta de la Cerveza de Múnich.
A la inversa, en la pequeña región del Sarre (suroeste, un millón de habitantes), los establecimientos más pequeños, en los que sólo trabaje una persona, podrán ignorar completamente la nueva legislación y dejar fumar a quienes lo deseen.
En un país en el que los cigarrillos se compran en supermercados o en expendedores automáticos en plena calle, y en el que la publicidad del tabaco en la prensa está prohibida desde 2007, este avance es sin embargo aprobado a regañadientes por los alemanes. Según un sondeo publicado este lunes por el diario Leipziger Volkszeitung, las nuevas medidas anti-tabaquismo reciben el apoyo deL 45%% de la población.
En septiembre, 80% de los alemanes declararon aprobar la legislación federal en la materia, pero la que prohibía fumar en las administraciones públicas, las estaciones y los trenes, no concernía a los bares y restaurantes.
De forma previsible, los hoteleros y restaurantes desaprobaron igualmente las últimas medidas. Pocos días antes de Navidad, la federación de estos empresarios presentó un recurso ante la Corte Constitucional contra la prohibición de fumar en los restaurantes, estimando que ésta les impide ejercer libremente su profesión.
El gobierno federal, que no es competente en lo concerniente al consumo de tabaco en la restauración, se congratuló sin embargo por este avance. Según la comisionada gubernamental para asuntos de lucha contra las drogas, Sabine Bí¤tzing, la mayoría de los alemanes está a favor de la instauración de una «protección de los no fumadores digna de su nombre».