Un fracaso preocupante


Los spots televisivos que muestran al presidente Berger despidiéndose de los guatemaltecos con intentos de trasladar la imagen de una administración exitosa, no dejan de sorprender al contrastar con la labor apática, somnolienta y deslucida que caracterizó a su gestión gubernamental. Más pareciera que la nostalgia exhibida se deba a que dentro de poco dejará de ser Presidente, pues por logros concretos su administración sale muy mal parada.

Guillermo Wilhelm

Ha sido una gestión que si bien a lo largo de su perí­odo no se dieron los escándalos de saqueo que caracterizaron al gobierno anterior, nos deja un mal sabor de boca a causa de que los temas que más preocupaban hace cuatro años, hoy siguen siendo los mismos pero con un saldo mucho más acumulado. A Berger el tiempo se le escurrió entre los dedos y llega al final de su perí­odo sin lograr presentar resultados concretos en ninguno de los grandes temas.

La inseguridad ciudadana y sobretodo el tema social han sido solamente unas de las materias reprobadas de la actual administración. Y aquí­, donde fracasa la polí­tica de seguridad de un paí­s, donde fracasa un Ministerio Público que no persigue el delito, que no es capaz de aportar pruebas en los tribunales contra los delincuentes, donde el único resultado que obtenemos de un sistema judicial es la impunidad, no podemos darnos el lujo de limitarnos a señalar el fracaso de un Presidente o partido polí­tico alguno, sino el fracaso de toda una sociedad por la triste realidad de un Estado colapsado. Bien vale la pena reflexionar y preocuparnos por esa tibieza y temor que hemos tenido los guatemaltecos por trabajar en las reformas de esos tres poderes del Estado tan alicaí­dos e inoperantes, que a estas alturas por lo menos ya deberí­amos tener sentadas las bases como ví­a para lograr una nueva sociedad. El tema social es otra de las grandes tareas pendientes de la actual administración, y desde hace mucho tiempo le hemos estado exigiendo a los diferentes gobiernos que le pongan toda la atención, pero por la ambición de poder y riqueza de algunos, nuestro paí­s sigue siendo azotado por el hambre, las enfermedades y la ignorancia. í‰ste tema como el anterior, han sido las dos grandes materias reprobadas y en este sentido poco o nada se ha hecho para cambiar tan lamentable situación.

Es indudable que los primeros seis meses marcan el rumbo de toda administración, y en Guatemala resulta fácil evaluar el éxito o el fracaso de la gestión gubernamental, ya que es el momento prematuro o el procedente que habla de las próximas elecciones, el que nos da la pauta para decirnos si algo está marchando bien o mal. Si un gobierno está haciendo las cosas de manera aceptable, el tema electoral se empieza a tratar después de los dos primeros años, pero en el perí­odo del Presidente actual, la campaña arrancó antes de finalizar el primer año de gobierno y este fue el mejor indicativo de que las cosas no iban nada bien. En esas fechas la población ya percibí­a la falta de liderazgo del Presidente y el gabinete integrado por señores feudales, carentes todos de programas y estrategias que sugerí­an la falta de rumbo y dirección. Por eso mismo los resultados están ahí­, es decir, ninguno. Hoy nos toca un nuevo perí­odo gubernamental y uno de los consejos que puedo darle al nuevo mandatario es que no desestime la voz de nadie, es más, le sugiero crear un grupo profesional de monitoreo y percepción de su gestión fuera de su partido y de su misma administración. Feliz año 2008.