Los aspirantes a la Casa Blanca renuevan su batalla hoy en múltiples frentes, a través de las nevadas praderas de Iowa, con un vendaval de propaganda política, cinco días antes de que los electores decidan su suerte en una crucial primaria.
Los demócratas Hillary Clinton, Barack Obama y John Edwards, trabados en una dura batalla de cara al comienzo de las primarias en Iowa, el jueves próximo, se esfuerzan por superar a sus rivales con estridentes llamadas a un cambio político.
El republicano Mike Huckabee, el predicador bautista llegado de la nada, habla a su vez de desatar un terremoto político en Iowa, mientras que el rival al que le sacó la delantera, Mitt Romney, devuelve los golpes.
El senador John McCain aspira a una recuperación en su terreno favorito de New Hampshire, cuyas primarias son el 8 de enero, con la carrera republicana abierta a nivel nacional, donde no hay candidato excluyente.
Un paño mortuorio todavía envuelve el camino de la campaña tras el asesinato de la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto el jueves, que reenfocó el debate hacia el tema de la seguridad nacional y la experiencia y conocimiento que debe tener un presidente de Estados Unidos.
Los aspirantes a la Casa Blanca barrerán el estado de Iowa, en el centro del país, que a pesar de su escasa población, de mayoría blanca, juega un enorme papel en la prueba y el ajuste de las campañas, por tratarse del primer estado en elegir sus candidatos.
Obama promete redefinir la agria política de Estados Unidos y Edwards está en una cruzada populista contra las grandes corporaciones, mientras Clinton dice ser la única con experiencia en las altas esferas de Washington para lograr que las cosas se hagan.
«Algunos sólo exigen cambios, algunos sólo esperan cambios, pero yo digo que el cambio se consigue trabajando verdaderamente duro por ese cambio», afirma Clinton en un golpe a sus dos rivales en cada escala de la campaña proselitista.
Luego de unas inestables semanas previas a Navidad, Clinton, la favorita durante mucho tiempo, estabilizó su campaña, y los sondeos la muestran en un empate con sus rivales en Iowa, y bajo presión de Obama en New Hampshire.
Obama, de 46 años, ataca mientras tanto a Clinton, de 60, e insta a los votantes a volcarse a una nueva generación para renovar Washington, señalando a su rival como un síntoma de un sistema político dañado y no su solución.
«Hablo mucho sobre esperanza, en parte debido a que era muy poco probable que yo estuviera aquí en este momento», dijo Obama, que intenta ser el primer presidente negro de la historia de Estados Unidos, durante una escala de campaña ayer en Iowa.
«Algunos de mis rivales ahora parecen burlarse de la palabra. Creen que huele a ser ingenuo o pasivo o a una expresión de buenos deseos, pero eso no es esperanza. Esperanza no es optimismo ciego», agregó.
Edwards, candidato a vicepresidente en 2004, sabe que su carrera política depende de un buen desempeño en Iowa, dado que los sondeos lo muestran en una dura lucha contra Clinton y Obama a nivel nacional.
«Para lograr un cambio real, necesitamos un presidente que se enfrente a las grandes corporaciones y los fuertes intereses que controlan Washington», dijo ayer en la localidad de Dubuque, Iowa.
El campo republicano mientras tanto está sumido en la confusión, con varios sectores de la base partidaria todavía descontentos con sus candidatos, de cara al rosario de contiendas electorales de enero.
Huckabee se reunió el jueves en Iowa con unos 1.500 republicanos, muchos de ellos conservadores evangélicos, que se aglutinan en torno al sencillo mensaje contra el aborto y a favor de la educación.
«Tenemos una verdadera posibilidad de ganar, lo cual sería histórico», dijo Huckabee a la prensa ayer.
«Si sucede, lo llamaría un evento político sísmico, significativo en la escala política de Richter», agregó, diciendo que Romney superó sus gastos de campaña por veinte a uno.
Ex gobernador de Massachusetts y empresario millonario, Romney aboga ante los evangélicos para no ser dejado de lado, debido al escepticismo que despierta su religión mormona.
Romney basa su campaña en obtener victorias en Iowa y New Hampshire, pero perdió la delantera a manos de Huckabee en Iowa, y está bajo presión en New Hampshire por un resurgente McCain.
Romney lanzó una barrida de avisos televisados atacando a sus dos rivales, golpeando a McCain en el tema de la inmigración ilegal y a Huckabee por aparentes pasos en falso en política exterior.
Los temas de la guerra global contra el terrorismo y la experiencia que debería tener el futuro presidente de Estados Unidos para librarla irrumpieron ayer en la carrera hacia la Casa Blanca, tras el asesinato de la ex primera ministra de Pakistán, Benazir Bhutto.
A menos de una semana de que comiencen en Iowa las primarias de los dos partidos estadounidenses, el asesinato de la líder opositora paquistaní atribuido por Islamabad a la red terrorista Al Qaeda volvió a lanzar el tema de la seguridad al primer plano en avisos de televisión y debates.
«He dicho durante toda la campaña que soy el único con la experiencia, el conocimiento, el juicio», dijo el veterano senador John McCain, uno de los candidatos republicanos, quien se ha recuperado en las encuestas en los últimos días.
Uno de los principales rivales de McCain, Mitt Romney, expresó sus dudas sobre si Musharraf podría aplacar el descontento político tras el asesinato de Bhutto. «No me preocupa la calidad de su carácter, pero me preocupa la calidad de su juicio en un escenario como éste», declaró el ex gobernador de Massachusetts.
Otro aspirante republicano, el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee, rechazó la sugerencia de que él carezca de la experiencia necesaria en seguridad, como para manejar crisis como la de Pakistán.
«No creo que sea apropiado responder de manera política», dijo Huckabee a la prensa, advirtiendo que los candidatos deberían evitar los «juegos políticos» en torno a la grave crisis en Pakistán.
En el bando demócrata, los favoritos Hillary Clinton y Barack Obama intentaron no explotar el asesinato de Bhutto en sus discursos previos a los 'caucus' (asambleas partidarias) del jueves en Iowa, y expresaron su condena.
Pero sus asistentes no fueron tan reticentes.
«Vivimos en un mundo peligroso, y tragedias como esta nos recuerdan que necesitamos alguien con la aptitud, la experiencia y la fuerza para ser comandante en jefe durante tiempos inestables», dijo el senador Evan Bayh, quien apoya a Clinton, a la cadena NBC News.
Clinton ha manejado durante su campaña el contraste entre su experiencia internacional y la de Obama, quien ejerció un único mandato en el Senado estadounidense. Hillary Clinton argumenta que ella estaría lista para liderar al país desde el primer día.
Pero el estratega de Obama, David Axelrod, respondió a periodistas que Al Qaida se envalentonó durante la guerra en Irak, la que Clinton apoyó al principio. «Esa es una seria diferencia entre estos candidatos y estoy seguro que la gente lo tomará en consideración», dijo Axelrod a la revista Time.
Para algunos candidatos, este debate emergente puede ser beneficioso.
Por ejemplo para el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani -quien encabezó las tareas de socorro tras los atentados terroristas del 11 de setiembre- cuyo favoritismo disminuyó en las últimas semanas, a medida que el tema de la seguridad nacional iba saliendo de la agenda del debate.
«El asesinato de Benazir Bhutto es un hecho trágico para Pakistán y para la democracia en Pakistán», dijo Giuliani. «Su muerte es un recordatorio de que el terrorismo está por cualquier lado -en Nueva York, Londres, Tel Aviv o Rawalpindi- es un enemigo de la libertad», agregó.
«Debemos redoblar nuestros esfuerzos para ganar la guerra que los terroristas libran en nuestra contra».
Otro aspirante demócrata, el ex candidato a la Vicepresidencia en 2008, John Edwards, dijo que habló con el presidente paquistaní Pervez Musharraf por teléfono y solicitó a sus rivales preelectorales que ejerzan una influencia positiva para calmar la situación en el país asiático.
«Lo insté a seguir en el proceso de democratización por lo importante que ello es para el pueblo paquistaní y para su país», dijo Edwards en Iowa.
«También le pedí que permita a investigadores internacionales trabajar en Pakistán para que exista credibilidad en el resto del mundo a la hora de determinar cuáles fueron los hechos y qué fue lo que pasó», agregó.
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Joseph Biden, no habló con Musharraf, pero recientemente le había escrito pidiéndole mayor protección a la líder de la oposición.
«Este es un día terrible», dijo Biden. «Estoy convencido de que Bhutto habría ganado unas elecciones libres y limpias la semana próxima».
«El fracaso en la protección de Bhutto plantea muchas preguntas que deben ser respondidas por el gobierno y los servicios de seguridad», concluyó.