Hojeando elPeriódico del 11 de diciembre del año en curso, me viene a la memoria el disgusto que me causó leer los faxes con mandatos inauditos para nuestro país, pues el BID dispone que ya no se continúe construyendo hidroeléctricas en nuestro país y su soberanía. Finalizaba entonces 1993. Gobernaba Ramiro de León Carpio.
Yo había sido nombrado Gerente de Planificación y Proyectos del INDE y venía de hacer una visita a Chixoy, el futuro de la Chalalá, Chulac, en la que su jefe (el apodado «garrote Marroquín» según me informó uno de los jefes de Sección de mi Gerencia, ya había gastado la cantidad de US$ 110 millones, y sólo se construyó un túnel de 100 metros de longitud. La obra estaba entonces en espera de financiamiento para ser continuada. Me dijeron que cuando tomó el poder Efraín Ríos Montt dio la terminante orden de parar la construcción. Ahí duerme desde entonces ese formidable proyecto, que produciría 425 megavatios, suficientes entonces para resolver la demanda y exportar a Centroamérica el excedente. Mas el todopoderoso BID decidió de por sí, que el INDE ya no fuese sujeto de crédito.
¿Cuánto perdió nuestro país con esa interferencia? Quince años (15) de quemar dólares importando combustibles para las plantas termoeléctricas contratadas, que vende a precios 700% más caros por el kw. que nos entregan las plantas termoeléctricas extranjeras. ¿En qué banco, en qué bolsa están esos millonarios sobrecostos de los economistas neoliberales que son parte de estas políticas del sistema BID, FMI y BM?
Por ello me da carne la gallina al ver llegar a Guatemala al joven jefe del BID y que ofrece al ojo dar S$ 1200 millones al futuro gobierno de ílvaro Colóm y su selecto equipo de gobierno socialdemócrata. Los consejos del BID favorecieron al sistema bancario de los USA pero para Guatemala fueron una compleja política que nos hizo perder la mayor parte de los proyectos hidroeléctricos hechos con excelente asesoría de la GTZ a partir de la década de los años 60 del siglo XX. Esos 105 proyectos hidroeléctricos y geotérmicos fueron tomados por la «iniciativa privada» que con ladina inteligencia sustrajeron de los archivos del INDE, evadiendo el pago del costo correspondiente. Hoy se están volviendo millonarios los «empresarios extranjeros» vendiendo el producto de sus plantas a precios voluntariosos al distribuidor español que hoy presume de ayudar a Guatemala, pero la realidad es que así hunden en la pobreza a la mayoría de los usuarios.