Con bombos y platillos el presidente Berger está dando a conocer, a través de los medios publicitarios, los diferentes logros de su gobierno, cosa que la mayoría del pueblo no aprueba y tampoco lo convence. Se argumenta que durante la administración de don Conejo Berger, el precio de la canasta básica subió hasta las nubes y que el repunte de las muertes violentas de hombres, mujeres y niños, fue realmente alarmante sin que se haya podido frenar la peripecia del crimen organizado.
Y es que no se puede tapar el Sol con un dedo, con todos los supuestos logros que pregona el gobierno de Berger, el pueblo pobre, el pueblo paupérrimo no ha pasado de zope a gavilán (vistiéndose con ropa de paca y comiendo muy mal cuando mucho, en virtud de que por ejemplo, el pan y las tortillas subieron de precio y disminuyeron en cantidad y calidad) por razones que el pueblo pobre no entiende, pero que las enfrenta calladamente. Empero, el encarecimiento de la vida para el Presidente que está a punto de entregar la Silla Presidencial, se exagera mucho con afirmar que el pueblo está más famélico que la propia hambre, puesto que mucha gente frecuenta los mejores restaurantes, viajan en avión para ir a vacacionar a otros países, o bien, se dan el lujo de comprar vehículos y perfumes caros. En su espejismo el presidente de «los empresarios», nunca le atinó a comprender o no quiso aceptar, que somos más de 13 millones de guatemaltecos los que vivimos en distintos mundos sociales y económicos.
Sí en algo se caracterizó el gobierno de Berger fue su poca conciencia social en favor de los jubilados del Estado. Prácticamente les dio la espalda a miles de miembros de las Clases Pasivas, pues durante su discutida gestión administrativa, ni por asomo hubo un leve aumento para los jubilados del Estado, pese a que en ciertos ministerios si hubo un considerable aumento para los empleados activos. Si algo recuerdan con agradecimiento los jubilados, fue la actitud comprensiva y social del ex presidente Portillo, quien pese a todo lo corrupto que le atribuyen, fue consciente en aumentarles de entrada Q200, al principio de su criticado gobierno. El gobierno de Berger en cambio, fue muy indiferente y despectivo con los jubilados que lo recordarán como un Presidente insensible con quienes dejaron parte de su vida en el Estado.