Japón intervino hoy en el mercado cambiario a fin de detener el alza del yen con respecto del tipo cambiario del dólar.
Es la primera intervención coordinada en los mercados internacionales de divisas de los países del G-7 desde el año 2000, cuando el G-7 intervino para impulsar el valor de euro.
El primer ministro de finanzas Yoshihiko Noda dijo que la decisión de intervenir fue tomada porque un fuerte yen puede afectar la economía y demorar los esfuerzos de recuperación de Japón después del terremoto y maremoto del 11 de marzo.
«La apreciación unilateral del yen podría haber tenido impacto negativo», destacó en declaraciones a los periodistas. «Tuvimos que tomar la decisión de intervenir», agregó.
Noda no dio detalles sobre la cantidad de la intervención.
El dólar, debilitado por un negativo panorama económico en Estados Unidos, descendió el lunes hasta los 76,29 yenes. En los días que siguieron al desastre del 11 de marzo declinó a 76,25 yenes, su peor nivel desde la Segunda Guerra Mundial.
Inmediatamente después de la intervención, se cotizaba en 78 yenes.
El fortalecimiento del yen es perjudicial para Japón porque reduce el valor de los ingresos en el extranjero para empresas como Toyota Motor Corp. y Nintendo Co. y encarece más los productos japoneses en los mercados de ultramar.
El aumento del yen después de los desastres de marzo llevaron a los miembros del Grupo de las Siete naciones industrializadas a trabajar mancomunadamente para debilitar la cotización de la moneda japonesa. Los funcionarios temían que un yen galopante pudiera exacerbar el impacto económico del desastre.
Las empresas japonesas que basan sus pronósticos financieros en un yen más débil se verían forzadas a decrecer sus expectativas si el fortalecimiento del yen persistía.
Nintendo, por ejemplo, basa sus cálculos en 83 yenes por dólar en el año fiscal que termina el 31 de marzo. Un 80% de las ventas del fabricante de juegos de video y de su consola se dan fuera de Japón.