Chipre y Malta se preparan para adoptar el euro al inicio de enero


Un reloj de cuenta regresiva anuncia cuánto falta para que Malta entre a la zona euro, cambiando su moneda por la común en todo el bloque europeo.

Chipre y Malta se disponen a adoptar el euro lentamente desde el 1 de enero, con la meta de beneficiarse de la moneda única para atraer inversiones, satisfechos por el reconocimiento de su buena preparación por parte de la Comisión Europea.


Con apenas una hora de diferencia, Chipre y Malta se convertirán, respectivamente, en los 14º y 15º paí­ses miembro de la zona euro, tras la adhesión de Eslovenia en enero pasado.

Los dos paí­ses son «pulgarcitos» en la Eurozona: Chipre, con 800 mil habitantes, y Malta, con 400 mil, se sumarán a un bloque de 317 millones de habitantes.

«Los sistemas están a punto, todo el mundo está listo para el euro y la popularidad de la nueva moneda gana terreno», aseguró el primer ministro de Malta, Lawrence Gonzi.

El gobierno chipriota mantiene un discurso similar y Bruselas felicitó a los dos paí­ses a fines de noviembre, al considerarlos «bien preparados» para el cambio.

En Chipre, el aprovisionamiento de los bancos comerciales comenzó en octubre para las monedas y en noviembre para los billetes. En Malta, se inició a mediados de septiembre.

Unas 300 mil calculadoras ya fueron enviadas al domicilio de los chipriotas, y en las tiendas los precios figuran en las dos monedas para ir preparando a la población.

El gobierno alentó a las principales cadenas de distribución a redondear sus precios al decimal inferior durante la conversión, pero el 70% de la población teme que el costo de la vida se dispare en ocasión del pasaje al euro, según un sondeo reciente.

En La Valeta, la capital de Malta, una cuenta regresiva para la llegada de la moneda única preside la puerta de entrada en la ciudad, y la principal calle comercial está recubierta de tapetes gigantes que representan una moneda de un euro de los 13 paí­ses ya miembros.

En el plano práctico, una lí­nea telefónica y 50 «centros euro» fueron implementados en Malta para informar a la población, mientras que 40 mil «kits euro» con nuevas monedas ya fueron vendidos al público.

Frente a los riesgos de inflación, el gobierno maltés firmó 12 acuerdos de estabilización de los precios, valederos desde octubre de 2007 a marzo de 2008, con importadores, que cubren 6.700 productos y servicios.

El alza de los precios sigue siendo no obstante la principal preocupación de los malteses, según el último Eurobarómetro publicado por Bruselas.

El sindicato maltés UHM, por su lado, enví­a regularmente a 200 compradores de incógnito a controlar los precios entre los importadores y los comerciantes, con la misión de denunciar eventuales alzas abusivas.

Malta depende totalmente del extranjero para su energí­a y en gran medida para su alimentación, lo cual también repercute sobre la inflación.

«Al acercarse las elecciones de 2008, el gobierno se jactará del éxito del pasaje al euro, mientras que la oposición considerará que el momento fue mal elegido y destacará el alza de los precios. La verdad se encuentra entre ambos argumentos», estimó Adrian Hillman, editor del periódico Times of Malta, primero del paí­s.

Otra consecuencia de la llegada del euro es que los malteses sacaron sus ahorros de debajo del colchón.

«La sociedad maltesa utiliza mucho el efectivo», explicó Mario Mallia, director financiero del Bank of Valletta, segundo banco del paí­s.

«La subida del consumo de los hogares, el boom del sector inmobiliario y el alza de los depósitos bancarios desde hace un año y medio se explican ciertamente en parte por la entrada en circulación del ahorro», agregó.

Para los industriales, el pasaje al euro será «business as usual», estimó Gordon Cordina, consejero de la federación patronal maltesa. «Para una pequeña economí­a abierta como la nuestra, es un pasaje obligado», agregó.

«Los sistemas están a punto, todo el mundo está listo para el euro y la popularidad de la nueva moneda gana terreno.

Lawrence Gonzi

primer ministro de Malta