Hace 40 años, Guatemala estaba a las vísperas de una de las mejores noticias de su historia. El 10 de diciembre de 1967, Miguel íngel Asturias recibió el Premio Nobel de Literatura.
Sin embargo, una serie de descalificaciones se han sobrevenido una serie de descalificaciones. La más visible y la más insistente es la de tildar su tesis de racista.
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La tesis
Repetiré aquí argumentos que anteriormente he utilizado. Para contextualizar, la teoría utilizada por Asturias en el momento de redactar su tesis, era la utilizada por todos los académicos del mundo, probablemente desde el siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Se refiere a la teoría del positivismo, que se basaba en describir sistemáticamente, con toda objetividad, el fenómeno que se estudiaba. Por eso, aunque parezca risible hoy día la descripción que hiciera Asturias sobre el indígena, en su tiempo fue correcta.
Si se lee la tesis hoy, sería políticamente incorrecta. Pero en 1923, era obligatoria que fuera escrita así. Además, con las fuentes que cita de referencia Asturias denota que conocía de las últimas tendencias del pensamiento mundial
El discurso de Asturias ya estaba presente en «Conflicto y armonía de razas en América» de Domingo Faustino Sarmiento, uno de los primeros intelectuales de la Hispanoamérica independiente.
Hoy día, Sarmiento sigue siendo uno de los intelectuales fundamentales de la historia de Latinoamérica, pese a que es criticable su propuesta de exterminar a los indígenas y atraer inmigraciones europeas, tal como sucedió en Argentina, y como se intentó hacer en Guatemala durante la Reforma Liberal.
El libro «Sociología guatemalteca» de Asturias, publicado por Editorial Universitaria, debe contibuir a entender el pensamiento guatemalteco. La tesis debe servir para reinterpretar la historia guatemalteca, actividad que hemos dejado en el olvido, principalmente por personas que consideran esta y otras publicaciones «peligrosa y perturbadora», como señaló el comentarista de elPeriódico.
Este libro posee un estudio introductorio de parte del doctor Julio César Pinto Soria, que ayuda a contextualizar y comprender el verdadero sentido de esta publicación, por lo que debo excusarme de explicar el sentido en este espacio. Usted debe leer, forzosamente, este libro, así como se deben leer los artículos de José Cecilio del Valle y Pedro Molina, los de Jorge Luján, El síndrome de Maximón de Mario Roberto Morales, La patria del criollo de Severo Martínez, sólo por citar a algunos, que forman parte de la historia del pensamiento guatemalteco.
La tesis no era racista; racista era la sociedad en que vivía Asturias, y que, para no ser hipócritas, aún seguimos siendo. El criterio de no publicar la obra para «no despertar el resentimiento indígena», no es válido, ya que los intelectuales indígenas deben leerla para analizar los discursos empleados para describirlos, y de ahí establecer conclusiones válidas sobre su identidad propia.
No sólo aquí
El Nobel de Asturias generó una serie de reacciones, no sólo en Guatemala, sino que en todo el continente. La muerte de Otto René Castillo, icono del escritor comprometido, fue utilizado de contraste ante el Nobel de Asturias, hechos acontecidos el mismo año.
El poeta salvadoreño Roque Dalton, en su introducción a la poesía completa de Otto René Castillo, demeritaba a Asturias, por su supuesta falta de compromiso.
Asimismo, el colombiano Gabriel García Márquez y el peruano Mario Vargas Llosa, quisieron desmerecen el Nobel de Asturias, en una reacción que se podría entender más bien como generacional.
Mi intención con estas letras, no es defender a Asturias, sino dejar la inquietud de por qué hay que valorarlo, hoy más que nunca, cuando celebramos los 40 años del Nobel. A nuestro escritor más insigne no le hemos dado el espacio que se merece, por lo que invito a todas las y los lectores de La Hora, que acudan este lunes al Centro Cultural de España, a las cinco de la tarde, en donde seguramente se comprenderá a cabalidad cuál es el justo homenaje que se le debe hacer a Asturias. Junto con otros amantes de las letras, y en especial de Asturias, disertaré sobre las descalificaciones que se le han hecho a nuestro Nobel, así como revisar la tesis y ver la actualidad de su propuesta literaria y sus aportes a la literatura mundial.
El próximo lunes 10 de diciembre, a las 17:00 horas, en el Centro Cultural de España (vía 5, 1-23 zona 4, Distrito Cultural 4° Norte), se ofrecerá el conversatorio «Miguel íngel Asturias, su vigencia a cuarenta años del Premio Nobel», moderado por Sandino Asturias Valenzuela, nieto del Nobel de Literatura guatemalteco. Comentarán la obra de Asturias, en diferentes temas, Margarita Carrera, Armando Rivera y quien escribe esta página.