Benití­n y Eneas


Esta famosa tira cómica, Benití­n y Eneas, cumple en este mes cien años de haber sido la primera en aparecer diariamente en un periódico. En noviembre de 1907, iniciaron la tradición de que los periódicos incluyeran dentro de sus páginas dibujos cómicos.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

La tradición de las tiras cómicas es muy anterior, pero fue hasta «Benití­n y Eneas» que se convirtió en un fenómeno periodí­stico.

Benití­n era un hombre pequeño, calvo, algo pí­caro, con barba raí­da, soltero empedernido y un tanto despreocupado. Eneas era un hombre alto, delgado, casado, con un hijo llamado Cicerón.

Básicamente, la trama se compone en que Benití­n hace rabiar a Eneas por distintas razones. En especial, es una crí­tica de la sociedad «asentada» (es decir, Eneas es reflexivo, soltero, ahorrador, etc.) de parte de la sociedad despreocupada (Benití­n era casi un vagabundo, sin preocupaciones…)

LARGA TRADICIí“N

El estilo de las historietas, es decir, dibujos caricaturizados, globos para incluir el diálogo entre los personajes, brevedad, sorpresa, humor, ya tení­a al menos un siglo de anticipación. Sin embargo, «Benití­n y Eneas» ofrecieron la posibilidad a los periódicos de incluirlos en sus páginas.

Hasta entonces, los periódicos ofrecí­an más que todo texto, y tal vez alguna que otra fotografí­a. La inclusión de dibujos vino a romper la «seriedad» de los rotativos.

Pronto, se observó que a través de las tiras cómicas (llamadas así­ porque casi siempre vení­an en una tira, de dos o tres viñetas o cuadros de separación) podí­an incluir contenidos «polí­ticos» o de crí­tica social, sin que esto fuera tomado de una mala manera.

Las tiras cómicas, muchas veces asimilado como un contenido para niños, podí­an incluir fuertes crí­ticas, sin que nadie hiciera mucho caso. Actualmente, las tiras cómicas se han refinado de gran manera, tan así­ que existen las dirigidas sólo para niños, para adultos, para jóvenes, con contenidos moralizantes, para cierta religión, de aventuras, e incluso las pornográficas o escatológicas.

De hecho, muchos periódicos en el mundo incluyen una caricatura polí­tica dentro de sus páginas editoriales, las cuales requieren gran maestrí­a para condensar el contenido en un pequeño espacio, ayudado muchas veces de la gracia para dibujar y lograr caricaturizar a muchas de las figuras públicas del paí­s.

CONTENIDOS CARNAVALIZADORES

Muchas tiras cómicas, hoy dí­a, sirven más que nada de entretención, para capturar a cierto público (juvenil e infantil) que usualmente no lee las noticias polí­ticas ni económicas. La mayorí­a de caricaturas son ejemplos de humor cotidiano, sin contener una fuerte crí­tica.

Sin embargo, cierto tipo de humor contiene una carga crí­tica. En el caso de «Benití­n y Eneas», salvando las distancias, fue una forma de hacer reí­r a la gente, que en realidad se reí­a de sí­ misma, ya que se observaba reflejada en alguno de los dos personajes.