El sábado pasado, murió Alfonso Enrique Barrientos, escritor y periodista guatemalteco, afín a la Generación del 40. í‰l tenía varios años de no figurar, debido a que se había jubilado y, posteriormente, padecer una penosa enfermedad, que por fin dio cuenta de él.
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Decidí seguirle la huella en esta semana, para llegar a estas conclusiones que hoy usted lee. Sobre todo, porque su nombre tiene peso en La Hora, y no me refiero a ello a un nivel muy local de este vespertino, sino que representa a uno de los principales impulsadores de las letras nacionales.
Trabajó, en primer lugar, en La Hora Dominical, luego en Impacto y después en La Hora. En todos estos espacios, tuvo una actitud de apertura hacia las nuevas tendencias de la literatura.
El primer conocimiento que tuve de su vida y obra fue en mis años como estudiante de Letras en la Universidad, cuando, aprovechando las ofertas de una feria del libro, compré unos dos o tres a una librería, la cual me dio a escoger como bonificación «El hombre y otros cuentos» de Alfonso Enrique Barrientos y «Diario» de Anna Frank.
Me molestó un poco el hecho de que los libros guatemaltecos sirvan para eso, en gran parte porque las editoriales y las librerías no saben cómo impulsar su venta; por eso, elegí el libro de Barrientos.
El título me pareció enigmático, por lo que decidí titular así esta crónica, ya que he decidido descubrir quién es ese hombre. Consulté a varios de sus posibles conocidos, y puedo rescatar esto.
Talento aprovechado
Sin duda alguna, Barrientos tenía un enorme potencial para escribir, no sólo en la literatura, sino que para el periodismo también. Era un excelente prosista, y supo cómo expresarse a través de la palabra escrita en cualquier circunstancia.
Su producción literaria es extensa, incluso habría que agregar algunos libros que fueron firmados por otras personas, que Barrientos escribió.
En la literatura
Su producción fue extensa. Lastimosamente, su obra ha sido poco conocida, «como la de todos los escritores guatemaltecos», como me dijera uno de mis fuentes, que también es escritor.
Sin embargo, todos los consultados refirieron su calidad literaria, especialmente en la narrativa. Una obra fundamental, que se encasilla en la rama de la biografía, el ensayo y la crítica literaria, es su libro «Enrique Gómez Carrillo», el cual debe ser lectura obligada, incluso para los cursos de literatura de los ciclos diversificados de educación.
Como promotor literario
Pese a todo ello, considero que su mejor aporte fue esa decidida apertura hacia cualquier escritor de Guatemala. De hecho, decenas de escritores del país iniciaron su actividad literaria debido a que Alfonso Enrique les ofreció el espacio para publicar, ya sea en La Hora Dominical, Impacto y La Hora.
Con los más jóvenes, asumiendo una actitud de editor de estilo, leía sus trabajos, los pulía y se los publicaba. De hecho, buena parte del carisma de La Hora, en el sentido de dar espacio a todas las expresiones culturales, viene heredada de Barrientos, quien ofrecía un apoyo incondicional a cualquier escritor.
Su familia
Todos los entrevistados, en todas las notas de duelo, y en todos los comentarios, siempre escuché mencionar a su familia, especialmente a su esposa Istmenia. Al parecer (porque yo no los conozco), la familia de Alfonso Enrique fue siempre su mayor tesoro.
Uno de sus hijos, Dante Barrientos Tecún, es uno de los más destacados críticos literarios de Guatemala, obteniendo un doctorado en Francia, y coordinando la sección de literatura hispanoamericana de una universidad de ese país.
Lo demás es silencio…
Sin embargo, en torno a Alfonso Enrique Barrientos sigue existiendo un grave silencio. Es lamentable que otros medios de comunicación escrita no hayan comentado ni referido su muerte. Casi todos los consultados refirieron que sobre este escritor siempre hubo un deseo de «ningunearlo», no sólo ahora en el día de su muerte, sino que a lo largo de su vida.
Aún falta mucho por conocer de este hombre, sobre su obra y sobre su actividad como promotor. Sirva esto para despertar el interés sobre él, para decir a su familia que en La Hora lo recordamos, y para alentar para conmemorar su vida y obra, pese a que muchos no se han querido pronunciar sobre él.
Vida y obra
Alfonso Enrique Barrientos (1921-2007)
Narrador, dramaturgo, periodista y crítico literario.
Perteneció a la Generación de 1940.
Libros publicados:
«Cuento de amor y de mentiras»
«El Negro»
«El señor embajador»
«El molino de gracia»
«Cuentos de Belice»
«La huella del maniquí»
«Narrativa»
«Poesía guatemalteca»
«íncora en la arena»
«Enrique Gómez Carrillo»
«El Tepeu»
«Máscara II»
«Rafael Arévalo Martínez y Andrés Bello»
«El desertor»
«Justo Rufino Barrios, el Reformador de Guatemala»
«El hombre y otros cuentos»
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Premios y reconocimientos
Jaguar de Oro, La Democracia, Escuintla (1985)
Premio Miguel íngel Asturias (1995)
Medalla Estrella Bolivariana (1996)
Primer premio en los Juegos Florales de Quetzaltenango (1967)
Segundo premio en los Juegos Florales Centroamericanos (1968)
Primer premio de los Juegos Florales de Coatepeque (cuento, 1985)
Primer premio en los Juegos Florales de Cobán (1984).