¿Qué es el cine?


El romance más famoso del cine, de la pelí­cula Casablanca.

El cine es el arte más complejo que existe en la actualidad. Para crear una de esas obras, se necesita del talento de cientos de personas. Sin embargo, se establece al director como el «artista supremo» de este arte.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

El director debe velar por los cuatro componentes del cine: guión, fotografí­a, música y actuación. De las cuatro, ninguna es más importante, aunque a lo largo de la historia del cine se le ha dado más importancia a uno u otro, según las preferencias del director, o basándose en el público al que va dirigido.

El guión

Normalmente, el guionista establece cómo debe ir la pelí­cula. Establece movimiento de cámaras, diálogos, escenarios, sonidos, etc. Pero éstos pueden ser modificados por el director en el momento que se filme.

Los directores de las mejores pelí­culas de cine, habitualmente, escribieron ellos mismos el guión. En casos muy raros, también se encargan de otros aspectos aparte del guión. Uno de los casos únicos, por ejemplo, es Charles Chaplin, que dirigí­a, escribí­a el guión, componí­a la música, actuaba y producí­a sus pelí­culas; prácticamente todo. Sólo le hací­a falta encargarse de la fotografí­a, que muchas veces corrieron a cargo de Rollie Totheroh.

La creencia popular es que el guión sólo dicta el diálogo. Pese a ello, se debe recordar que los inicios del cine fueron ausentes de ellos, y que sólo se incluian algunos rótulos con las palabras de los personajes, para guiar de alguna forma al espectador.

Una escena puede tener un diálogo intenso, pero si éste no va acompañado de una buena fotografí­a, de movimientos escénicos y de música, la pelí­cula tiende a ser muy pasiva, casi como que una persona estuviera leyendo en voz alta una novela.

La fotografí­a

í‰sta sigue los mismos principios que la fotografí­a impresa. Se basa en ubicar un objeto principal en un sector de la cámara (esquinas, derecha, abajo en el centro, etc.; casi nunca en el centro exacto), y llenar el resto de la imagen con objetos que ayuden a enfatizar el concepto que el director necesita.

Una de las pelí­culas más famosas por el concepto de la fotografí­a es Lo que el viento se llevó.

La música

Aunque parezca innecesaria, la música ha sido considerada fundamental por la mayorí­a de los directores. Casi siempre, la música revela el estado de ánimo de la escena o de los personajes. Al inicio, cuando el cine no era sonoro, se contrataban a músicos para que interpretaran en vivo mientras se veí­a la pelí­cula.

Algunas de las pelí­culas antiguas, que no tení­an música, se les incluyó, con las que fueron comercializadas. Ejemplo de éstas son los filmes de Eisenstein, que fueron musicalizados por los grandes maestros rusos, como Krioukov y Prokofiev.

Algunos directores han llegado a evitar el diálogo, incluyendo únicamente el necesario, queriendo reducir la expresión únicamente a fotografí­a y música.

La actuación

Es lo más visible de las pelí­culas. Los actores se han llevado más palmas que los mismos directores. í‰stos tratan de escoger a los actores según su versatilidad para determinado papel. Muchas veces, sólo se contrata por su parecido fí­sico a determinado personaje. Sin embargo, la actuación es mucho más que eso.

El neorrealismo italiano tiene famosas experiencias con los personajes, pues como parte de su estética se incluí­an actores no profesionales. El Ladrón de bicicletas de Vittorio De Sica escogió a amateurs, entre ellos al niño protagonista, que fue elegido por su forma de andar.

Las mejores pelí­culas

Todas las listas son discutibles, pero la historia del cine ha coincidido en que las siguientes diez pelí­culas pueden ser catalogadas como las mejores

1. Ciudadano Kane (Estados Unidos, 1940) de Orson Welles

2. La naranja mecánica (Inglaterra, 1971) de Stanley Kubkick

3. La regla del juego (Francia, 1939) de Jean Renoir

4. El acorazado Potemkin (Unión Soviética, 1925) de Sergei Eisenstein

5. Fellini ocho y medio (Italia, 1963) de Federico Fellini

6. Cantando bajo la lluvia (Estados Unidos, 1952) de Gene Kelly

7. Tiempos modernos (Estados Unidos, 1935) de Charles Chaplin

8. Fresas salvajes (Suecia, 1957) de Ingmar Bergman

9. Casablanca (Estados Unidos, 1942) de Michael Curtiz

10. Rashomón (Japón, 1950) de Akira Kurosawa

Probablemente, falte El padrino de Francis Ford Coppola o la más contemporánea El club de la pelea de David Fincher, pero únicamente se incluyeron diez.