No se asusten, no voy a narrar un hecho sangriento, aunque admiro a Tarantino, los muertos me siguen aterrando, sólo voy a reproducir un verso inspirado en dos mujeres, unas bebidas, la lluvia y un espacio.
cnavasdangel@yahoo.es
Las mujeres: Carolina Escobar Sarti y Maya Cú, poetas, poetisas.
Las bebidas: café, cerveza, gí¼isqui, lo que el cliente mande o demande.
El espacio: Sophos, la librería.
Y el cadáver, bueno? todo lo planeó Carolina, y sus cómplices fueron los que bebida en mano dijeron palabras sueltas, palabras envueltas (cada una llevaba una carga oculta, estábamos hablando del amor) y esto pasó:
El amor es un parpadeo
dulce, agridulce, con sabor a saliva y café
huele a flores, a humedad,
a sudor y hierba
sabe denso, intenso, profundo
duro
sabe a vértigo.
Además de este verso improvisado, las dos leyeron los propios, y hablaron también de la poesía, los poemas, el oficio, el sentimiento, la necesidad y la disciplina, sí disciplina, son parte del trabajo poético, hablaron de las lecturas y de las vivencias, dispararon versos, los cuales trascribo a continuación.
De Maya Cú
Sí soy yo
date la vuelta
hallarás una ingenua
que
tímidamente
estuvo desnuda
ante vos
no podés mirarme
aceptalo
estoy viéndote,
Adán
desnudé cada uno
de tus cuerpos
y te da vergí¼enza
Quiero matar mi sueño
llevarlo
a la orilla de tu barranco
lanzarlo
llamar a los zopilotes
para que recojan
su carroña
tal vez
con ella
te vayás vos
No soy
la versión femenina
de icono alguno
ni soy
el personaje mítico
creado en la imaginación
de algún poeta
tampoco soy
rostro de postal
para vender al turismo
que quede claro:
no soy
muñequita ancestral de barro
revivida por el soplo divino
de intelectuales posmodernos
soy
eso sí
este cuerpo femenino andante
escondido tras el muro
de la prudencia
esta mujer frágil
que se desarma
con un grito
con la amenaza violenta
o con la auténtica caricia
esta que intenta
ser buena gente
la permisiva
la complaciente
la bruja adivina
que sabe la cura
de los males de otras
la anciana sufriente
que quedó a medio camino
de alcanzar su sueño
la niña asustada
paralizada por el miedo
a la vida
la gata que se come
el fruto de su vientre
al saberlo defectuoso
la mala-madre
que deja colgadas sus ramas
al borde del abismo
la que verá a su niña
niña
toda la vida
la que llora, la que odia
la que reniega
la inquerible
la princesa que lanza
maldiciones
a quien se atreve a traspasar
el muro de su fragilidad
odiosamente
rara, huraña
impenetrable
De Carolina Escobar Sarti
cuerpo urbano
soy asfalto
ventana en océanos
de ruido
número borroso en archivos
código de barras
pestañas con ojos de luz neón
sobre cuerpos desnudos
niña educada
madre del desarrollo
pájaro dormido en rama negra
velocidad
velocidad
velocidad.
Mujer urbana
nostalgia de libélulas en ojos
de agua
de cantos mañaneros.
La sábana apenas alcanza
a entibiarse.
Mundo virtual
cuadriculado, ejecutivo,
anoréxico
con sabor a papas fritas
y noticia fresca.
cuerpos ausentes
semejantes fracturados
agrietados
perdidos entre el bisturí
la inyección esterilizada
el transplante de corazón
-con visa lo puede todo-
el botox y la clonación.
Cuerpos perfectos
máquinas solas
musculosas y solas
consumistas y solas
delgadas y solas
gordas y solas
únicas, irrepetibles y solas
bocas que tragan por igual
hamburguesas
anfetaminas
antidepresivos
promesas de vida eterna
y lechuga triplemente lavada.
Casa a medio construir
huelo siempre a mezcla húmeda
a pintura fresca y laurel
tengo algunos cuartos vacíos
por si me brota el pelambre de loba
cuando soy ajena del mundo.
He ido tirando paredes
es mi aversión natural a las fortalezas
soy ventana sin barrotes
suelo de piedra
y techo completo
lámpara, lámpara, lámpara
a veces abro la puerta
y no pregunto quién es
se me cuela cualquiera
se me colaba
ya no
aquella casa ya no existe
existe la de hoy
la que tiene bebedero de aguamiel
para las aves de paso
la que deja ver la luna por el techo
la que derriba muros
para levantar enredaderas
cuerpos ausentes
semejantes fracturados
agrietados
perdidos entre el bisturí
la inyección esterilizada
el transplante de corazón
-con visa lo puede todo-
el botox y la clonación.
Cuerpos perfectos
máquinas solas
musculosas y solas
consumistas y solas
delgadas y solas
gordas y solas
únicas, irrepetibles y solas
bocas que tragan por igual
hamburguesas
anfetaminas
antidepresivos
promesas de vida eterna
y lechuga triplemente lavada.
El próximo miércoles 20 Javier Payeras y Alan Mills leerán sus poemas en Sophos, Avenida la Reforma 13- 89, zona 10 a las 18:30 horas.